Una voluntaria del proyecto de vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus presentó una enfermedad neurológica inexplicable. La farmacéutica afirma que no hay evidencia suficiente de que esté relacionada con la sustancia inyectada.
AstraZeneca señaló al diario estadounidense The New York Times que no tiene aún el diagnóstico de este segundo caso, pero fuentes enteradas de la situación dijo que se trata de mielitis transversal, la misma enfermedad que desarrolló la primera voluntaria.
En el primer caso, la voluntaria había recibido una dosis de la vacuna antes de desarrollar inflamación de la médula espinal, algo conocido como mielitis transversa. Esto provoca una debilidad en los brazos, en las piernas y puede desarrollar problemas en los intestinos y en la vejiga.
Una vocera de la farmacéutica detalló al Times que se encontró que la voluntaria tenía un caso previo, no diagnosticado, de esclerosis múltiple, no ligado a la vacuna, y el ensayo se reanudó poco después. En el segundo caso, la voluntaria enfermó tras recibir la segunda dosis de la vacuna.
AstraZeneca explicó que tras una revisión independiente, se determinó que era poco probable que ambas enfermedades estuvieran ligadas a la vacuna o había, por lo menos, información insuficiente para relacionarlas, por lo que se recomendó continuar con los ensayos.
El ensayo realizado por AstraZeneca, en colaboración con la Universidad de Oxford, fue tras la aparición de una “enfermedad potencialmente inexplicable” en uno de los participantes.
Las pruebas se retomaron días después en Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, pero no en Estados Unidos. El laboratorio británico no dio explicaciones al respecto.
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