Newell’s está cerrando un año en el que estuvo constantemente envuelto en una crisis institucional que comenzó a principios de enero con un plantel que se negaba a viajar a Mar del Plata para realizar la pretemporada, por la no regularización de sus salarios.
Hasta el día de hoy, los conflictos siguen teniendo vigencia en el Parque de la Independencia. A falta de tres fechas para que finalice la primera parte de la Superliga, los directivos leprosos aguardan por el fallo que deberá expedir el Tribunal de Disciplina con respecto a la posible quita de puntos; el tema nació antes del comienzo del torneo cuando no se presentó una declaración jurada en tiempo y forma, según argumentan desde Agremiados.
Así, podemos enumerar múltiples hechos que se sucedieron a lo largo del 2017, pero no me alcanzarían las hojas para redactar esta columna. Lo cierto, es que mas allá de este panorama negro para los leprosos, hay un plantel de fútbol profesional que se entrena día a día para poder llevar, al menos, un poco de alivio al mundo leproso.
En el mes de julio arribó un entrenador de la casa, un «viejo conocido». Juan Manuel Llop tomó las riendas de un equipo devastado (se fueron 14 jugadores) donde en cada conferencia de prensa el Chocho aseguraba que confiaba en su trabajo y se «arreglaba» con lo que tenía a mano para afrontar cualquier desafío.
Sin embargo, la realidad marca que hoy el equipo sumó 9 puntos sobre 27 posibles (33,3 por ciento), es uno de los planteles más cortos que ha tenido Newell’s en los últimos años y para colmo de males, la idea de juego nunca apareció a lo largo del semestre. Además, ahora se viene un tramo final donde Llop se juega el puesto como entrenador del primer equipo.
En el derrotero final, aparecen 3 rivales que no son para nada accesible. River como visitante, Racing en el Coloso y nada más ni nada menos que Rosario Central en el Gigante de Arroyito, como último escollo del año.
El cuerpo técnico deberá buscarle la vuelta a esta difícil situación que está pasando su equipo. A lo largo de estas nueve presentaciones, se ha notado claramente la falta de gol producto de la escasez de variantes que hay a mano. Newell’s solamente ha convertido cinco goles y es uno de los equipos que menos chances de cristalizar en el área rival ha tenido de los 28 equipos que tiene el campeonato.
Por eso mismo, Llop y sus dirigidos deberán afrontar esta recta final con el corazón. Tiempo para modificar la ecuación y mejorar la pálida imagen ya no hay.
Estos tres cotejos que quedan pueden determinar, para bien o para mal, el rumbo del barco que comanda este DT. La única opción a mano es tratar de obtener resultados positivos, o en su defecto, tratar de no caer derrotado en el clásico ante el Canalla. De aquí hasta el final, Llop deberá ser consciente que juega el puesto. Le quedan tres cartas arriba de la mesa y deberá cambiar la performance de su equipo para seguir sobreviviendo.