Miguel Cappiello es senador provincial por el socialismo. Ex ministro de Salud de la provincia y ex subsecretario de Salud de la provincia, su carrera política siempre tuvo una mirada prioritaria eso que sabe: el cuidado de las personas. En el debate por la ordenanza que prohíbe el uso del herbicida Glifosato, el referente oficialista no se quedó atrás de dar su mirada de médico y político. «Prohibir porque es una medida que piden las organizaciones de la sociedad civil, es una cosa, y dejar libremente la aplicación, es otra. Hay que buscar el equilibrio donde no se dañe la salud y se pueda ir paulatinamente hacia los cultivo agroecológicos».
Capiello dialogó en Radio Mitre Rosario con cautela, como sabiendo que los últimos movimientos del socialismo y Cambiemos dieron mucho de qué hablar. «Creo que ha sido un hecho desprolijo de los concejales que no han tenido en cuenta lo que se estaba tratando y se votó muy rápidamente. En la consideración de mucha gente esto queda como que fueron presionados, pero me parece que ha toma en cuenta que se han equivocado y dieron marcha atrás con la definición de un proyecto que generó muchas rispideces y que obligaba a la señora intendente a tomar una decisión por sí o por no ante una medida que no había sido consensuada», analizó.
Para Cappiello lo que pasó en el Concejo Municipal es más bien simple: no se leyó el proyecto y no se tomaron en cuenta las consideraciones y consecuencias. «Tampoco se leyeron muchas cosas. El glifosato está en una discusión mundial y la Unión Europea ha prorrogado su uso por cinco años. Hay que estudiar y ver qué pasa con este producto que genera tanta controversia».
La clave es para él usar con conciencia y fomentar los cultivos sin herbicidas. «Hay que estudiar los temas. Uno no siempre sabe, para eso tiene los asesores. Prohibir porque es una medida que piden las organizaciones de la sociedad civil, es una cosa; y dejar libremente la aplicación, es otra. Hay que buscar el equilibrio donde no se dañe la salud y que podamos ir paulatinamente hacia los cultivo agroecológicos».
El senador recordó también que durante su gestión como ministro de Salud lanzó tres resoluciones al respecto: «Una, que no se podía sembrar más en las banquinas de las rutas provinciales y mucho menos fumigar; otra, que cada localidad tenía que establecer su línea agronómica de dónde se debía fumigar y dónde no. La tercera era sobre cómo debía disponerse el residuo del herbicida, que debía ser considerado un residuo patológico y hay una sola planta en la provincia de Santa Fe que dispone residuos peligrosos».