«Celebramos esta interacción público-privada, esta discusión con información, que permite no solo la revisión de las decisiones para lograr los objetivos correctos, sino también para empezar este ejercicio de intercambio y de consulta para las tomas de decisiones». María Beatríz Giraudo es ex presidenta de Aapresid y coordinadora de Políticas para el Desarrollo Sustentable del Ministerio de Agroindustria de la Nación. La mujer, referente en lo que a siembra directa respecta, siguió de cerca el debate rosarino acerca de la prohibición del uso del herbicida glifosato en la ciudad. Este sábado, en diálogo con No Va Más, celebró la decisión de los ediles de rechazar lo ya votado y proponer una nueva ordenanza al respecto.
«En los días previos a esta decisión, plateamos la preocupación frente a la decisión que habían tomado sin tener en cuenta la argumentación científica», remarcó Giraudo. Para la funcionaria, este era el primer paso para tomar «decisiones totalmente erróneas, que lejos de lograr los objetivos que se perseguían, que es cuidar a las personas y al ambiente, al contrario, podían perjudicar y habilitar otros usos».
Una nueva ordenanza, para Giraudo, significa la posibilidad de discutir acerca del glifosato en dos sentidos: la evidencia científica y las buenas prácticas. También significó una forma de hacer mea culpa para el sector agrario y, tal como afirmó, «asumir algún rol de responsabilidad». «Se pone en evidencia que los políticos no tenían tanta información. Esta puede llegar a ser una gran oportunidad, porque se está haciendo un efecto domino en otras ciudades. Entonces, esperamos poder reunirnos, intercambiar y empezar a tomar decisiones de maneras completamente diferentes, estar convocados y poder discutir entre todos».
La funcionaria recordó que el uso de glifosato está reglamentado desde el momento que se aprobó su uso. «Todos los insumos y tecnologías que nosotros usamos tienen un proceso de admisión, llevan una hoja de seguridad y todos los recaudos. También hay sugerencias y recomendaciones de buenas prácticas para profundizar este camino. Desde el Ministerio estamos trabajando en profundidad en todo lo que es brindar normativa y legislación a nivel nacional, para que después las provincias y los municipios puedan tomar sus propias normativas pero adecuadas a una homogeneidad. Sino, lejos de hacer las cosas como corresponden, empiezan a pasar estas cosas que no logran los objetivos deseados».
Más allá de eso, Giraudo volvió al mea culpa y reconoció las fallas del Estado, remarcando que demás de normativas es necesario el monitoreo, el control y la sanción. «Es importante, en ese sentido, trabajar todos de forma correcta y armoniosa, y que la comunicación sea ordenada. Y así como es importante que los resultados del control se publiquen, tenemos que informar rápidamente qué implica, para no generar un pánico en la sociedad que, lejos de contribuir y hacer las cosas bien para no generar problemas ni a las personas ni al ambiente, nos genera el efecto contrario».