Condenaron a un hombre que explotó sexualmente a una mujer y una menor de edad
Se trata de Diego Martín Torres, que acordó una pena de 11 años de cárcel y que tendrá que pagar 240 millones de pesos.
Un hombre fue condenado a 10 años y medio de prisión por trata con fines de explotación sexual contra una mujer y una adolescente.
El acusado se llama Diego Martín Torres, de 47 años y su pena fue homologada por el juez federal de garantías Eduardo Rodríguez Da Cruz, tras un acuerdo de la defensa y la Fiscalía federal de Rosario.
Dicha condena unifica su tiempo en la cárcel de 10 años y medio a 11 y deberá pagar una suma millonaria de reparación económica para con sus víctimas. La multa a cumplir por la menor de 15 años de edad que captó con fines de trata será de 27.430.306 de pesos y por la otra joven, que retuvo durante siete años, de 215.712.834.
Torres fue señalado, puntualmente, por haber cometido los delitos de trata de personas con fines de explotación en la modalidad de captación, acogida, transporte y explotación, agravado por haber mediado amenazas, abuso de una situación de vulnerabilidad y por haberse consumado la explotación sexual, reiterado en dos oportunidades.
En el marco de lo ocurrido con la menor de edad, confesó su culpabilidad por abuso sexual agravado por haberse cometido con amenazas y suministro gratuito de estupefacientes, agravado por haberse cometido con violencia y en perjuicio de una menor de edad.
Los casos de explotación referidos comenzaron en 2017, según lo expuesto por los fiscales Soledad García y Javier Arzubi, cuando el condenado raptó a la víctima mayor de edad desde Tunuyán, Mendoza, con el fin de derivarla a Rosario bajo la promesa de mejorar su calidad de vida.
Es que la mujer era víctima de violencia de género por parte del padre de sus cinco hijos y a travesaba una situación de extrema vulnerabilidad económica, por lo que una ves estuvo en la ciudad, Torres la explotó sexualmente durante siete años.
La menor, por otro lado, fue captada en septiembre de 2023 cuando tenía 15 años para ser prostituída. Al igual que la primer afectada, pasaba por un contexto delicado, pues fue abusada sexualmente y vivía en la pobreza.
Dada esa situación, el abusador la manipuló de a poco para alejarla de su círculo íntimo e incitarla a vivir con él en una pensión en Rosario donde también estaba la otra mujer.
Una vez logró tenerla bajo su control, la obligó a prostituirse en la ruta 33 cerca de Zavalla y Pujato, era abusada y la mantenía drogada.
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