El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este viernes una orden ejecutiva que prohíbe al sistema financiero estadounidense la compra de bonos públicos y deuda del Gobierno de Venezuela y la petrolera estatal, PDVSA.
Las sanciones tienen como objetivo crear un contundente bloqueo económico al Ejecutivo venezolano. “Es la peor agresión en los últimos 200 años, desde que el imperio español fuera desafiado por Simón Bolívar”, declaró el canciller venezolano Jorge Arreaza, minutos después de conocerse la medida. Además, acusó a Trump de querer crear una crisis humanitaria en su país.
Altos cargos de la Casa Blanca y el Departamento del Estado explicaron que el objetivo de la orden ejecutiva es evitar que “el sistema financiero de EE UU sea cómplice del régimen de Maduro”. El Departamento del Tesoro emitirá excepciones para “mitigar los daños a ciudadanos estadounidenses y venezolanos”. También, el comercio de otros bienes, así como las transacciones económicas relacionadas a la ayuda humanitaria seguirán siendo permitidas.
La función de estas sanciones es congelar los activos y propiedades de altos cargos venezolanos en EE UU. Pese a que el gobierno de Trump ha sancionado a más de 20 altos cargos chavistas, las medidas no han servido para detener la violencia estatal. Desde la sede de las Naciones Unidas, el ministro de relaciones exteriores venezolano afirmó que Venezuela estudiará una respuesta contra EE UU pero no especificó en qué podría consistir.
La decisión llega a una semana de que la Asamblea Constituyente de Maduro despojó de sus funciones al parlamento electo venezolano, controlado por una mayoría opositora. Pese a que Trump llegó a sugerir que una solución militar estaba también entre las posibilidades, numerosos mandatarios americanos rechazaron esta idea.