Es difícil de imaginar, habrá que vivirlo para saber de qué se trata un clásico a puertas cerradas. El peor marco posible para la fiesta del fútbol rosarino es el que se dará el próximo jueves 1 de noviembre cuando a las 15.30 y en cancha de Arsenal se enfrenten Newell’s y Central buscando el pasaje a las semifinales de la Copa Argentina.
Hace poco más de cinco años atrás, se registró un antecedente similar en el derbi de la capital de la provincia de Santa Fe. El domingo 2 de junio de 2013 a las 11 de la mañana, Unión y Colón se vieron las caras en el 15 de Abril sin público de ninguno de los dos.
La decisión la tomó la Secretaría de Coordinación de Seguridad en Competencias Deportivas y Espectáculos Masivos, dependiente del Ministerio de Seguridad provincial y se basó en «hechos de violencia en los que han sido protagonistas ambas parcialidades y la situación edilicia del club Unión, donde se disputará el partido».
El resultado fue una anécdota, el Tatengue, ya descendido a la Primera B Nacional se impuso 1-0 con gol de Damián Lizio de penal. Lo cierto es que aquel triste marco se repetirá la semana próxima y para colmo de males serán en Sarandí, a más de 300 kilómetros de Rosario.