El comunicado de política monetaria destaca que esta reducción sucede luego de que en la última semana de 2017 se anunció el diferimiento de la meta de inflación de largo plazo (5% anual) al año 2020, y nuevas metas intermedias de 15% para 2018 y 10% para 2019. “Ese sendero es ahora el objetivo de la política monetaria del BCRA”, remarca el comunicado.
“Si bien se estima que el IPC de diciembre reflejará el fuerte aumento de precios regulados (en especial, gas y electricidad) y cierta incidencia directa de esos precios en la inflación núcleo, en la visión del BCRA el proceso de desinflación se ha encarrilado a lo largo del último semestre. La inflación núcleo de los últimos tres meses se ubicó, en términos anualizados, cerca del 18% y los datos de alta frecuencia indican que esta dinámica favorable persistió a lo largo del mes de diciembre y en los primeros días de enero”, sostiene el Central.
En este sentido el comunicado afirma: “En este contexto, una baja en la tasa de interés de referencia evita que se incremente el sesgo contractivo de la política monetaria”.
Los analistas de mercado esperaban un recorte de 125 puntos básicos lo que esperaban que ubique a la tasa en 27,50%. Finalmente el Banco Central redujo el tipo de interés pero en menor porcentaje que el pronosticado.
Sobre el final del comunicado, el Central remarca que será cauteloso en los próximos pasos y que futuras reducciones dependerán de cómo se comporte la inflación. “El Banco Central será cauteloso en la adecuación de la política monetaria al nuevo sendero de desinflación. Naturalmente, si se busca una menor velocidad de desinflación que la planeada originalmente, corresponde un sendero de política monetaria menos contractivo que el que antes se preveía. Pero esa moderación en el sesgo contractivo sólo podrá sostenerse en el tiempo en la medida en que la evolución de la desinflación sea compatible con la trayectoria buscada”, finaliza el Central.