El arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, aseguró este lunes que el papa Francisco visitará la Argentina en el corto plazo. Desde que asumió el papado, Jorge Bergoglio no volvió al país, aunque visitó países vecinos. Su vuelta al país podría concretarse en el segundo semestre de 2018.
Poli se refirió a la posible visita durante la conferencia de prensa para presentar la próxima peregrinación juvenil al santuario de Nuestra Señora de Luján. Frente a la consulta de los periodistas, recordó que los obispos argentinos invitaron al Pontífice en cinco oportunidades, pero hasta el momento ha descartado la visita.
«El Papa ha elegido periferias y está a la vista dónde se ha metido: en África, en Turquía, donde los católicos son la minoría absoluta. Él piensa ir a China, a Rusia y va a los lugares también donde él y la Secretaría de Estado juzgan que tiene que ir. Creo que estamos próximos a esta visita y esta tensión me parece que va a terminar bien. Eso pienso», explicó.
Durante la conferencia, Poli dio detalles del diálogo que mantuvieron los obispos con Francisco durante la última visita al Vaticano. «Le dijimos: ´Andá pensando cuándo vas a venir, porque la gente va a pensar que ya no nos querés. Ya no tenemos argumentos. Y él nos contestó: ‘¿Y ustedes no creen que yo quiero ir?'», contó.
La última invitación se la hicieron octubre de 2016, cuando la directiva de la Conferencia Episcopal fue recibida en una audiencia privada en el Palacio Apostólico del Vaticano. El encuentro fue en el marco de la ceremonia de canonización de José Gabriel Brochero, el santo cura gaucho.
Se desconoce cuándo será la fecha exacta en la que Francisco llegaría a la Argentina. Durante su paso por Colombia, el Pontífice les dijo a algunos periodistas que la visita al país no tiene fecha. Sin embargo, los obispos argentinos creen que podría pisar suelo argentino en la segunda parte de 2018.
Días atrás, el arzobispo de Santa Fe, José María Arancero, dio su parecer sobre la posible visita, luego de haberse encontrado con Francisco. «No hay una agenda preparada, pero yo me animaría a decir que está cerca. Dios quiera que sea el próximo año. Él quiere venir, pero el momento forma parte de su silencio y hay que respetarlo. Tiene una agenda muy cargada internacionalmente. Tal vez por ser tan cercano tenga esa libertad de decirnos ‘¡espérenme!'», indicó.