Horas después, los gitanos dieron de baja la denuncia y ahí trascendieron los detalles del episodio. La joven gitana en verdad se había ido con su novio, de unos 18 años, del cual está embarazada. Como los padres no se habían puesto de acuerdo en la dote, la pareja decidió irse a vivir juntos de igual manera. Esto enardeció a la familia de la chica, que hizo la denuncia.
El trasfondo de la discusión es porque el padre de la chica pide unos $160 mil por la dote pero el suegro considera que no vale más de $80 mil porque la joven «está usada», debido al embarazo.
En definitiva, se trata de una cuestión de comercialización de mujeres maquillada como un tema cultural de la comunidad, publica el diario La Mañana de Neuquén.