Una fuerte campaña de promoción sumada al éxito de taquilla en sus primeras semanas en EE.UU -en un año de magros números de recaudación- anticipaba que IT podía satisfacer el deseo de quienes amamos ir al cine para disfrutar una buena película. Si a esta previa le sumamos que el director (Andrés Muschietti) y la productora (Bárbara Muschietti) son compatriotas tenemos los elementos necesarios para que se nos infle el pecho de argentinidad y deseos de que le vaya bien. Y le va muy bien. Y le va a ir mucho mejor. Por una simple razón: IT es una muy buena película, independientemente de los factores recientemente descriptos y que sea de un género muchas veces devaluado.
Reducir el análisis a que se trata de una película de terror sería como asegurar que «La Sociedad de los Poetas Muertos» es un film de chicos que leen poesía a escondidas. IT es mucho más que una película sobre un payaso diabólico. A lo largo de las dos horas y algunos minutos que dura se van conjugando temas como el paso de la niñez a la adolescencia, el bullying (Stephen King al igual que en Carrie profundiza mucho este tema), los miedos internos, los miedos instalados en el inconsciente colectivo (durante la película se reflejan muchos de los mitos urbanos de aquellas años 80 sobre el sida y demás), la amistad y sus valores y mucho más que usted ira desgranando a medida que la vea.
La trama de la película abarca los acontecimientos que rodean a «El Club de los Perdedores», un grupo de amigos, en donde cada niño representa algún estereotipo social. El niño judío, el gordito discriminado, un joven de raza negra que vivió una infancia marcada por el dolor, el nenito sobreprotegido de mamá, la chica con mala reputación, el desfachatado sin filtro y un niño tartamudo cuya historia de un hermano desaparecido dispara una seguidilla de acontecimientos en torno a un fenómeno macabro que, cada 27 años, paraliza a la ciudad de Derry.
Y este club de supuestos perdedores es quien se hace cargo de un hecho al cual los mayores y toda una ciudad miran de reojo sin comprometerse demasiado. Otro de los aspectos de esta película es el rol disfuncional de todos los adultos, desde un padre abusador hasta un policía golpeador, pasando por una madre insoportablemente sobreprotectora.
Una casa abandonada, alcantarillas misteriosas y una entidad maligna que cambia de forma según los miedos de quien la enfrenta (con el Payaso Pennywisse como máxima expresión) más algún condimento de Gore (rama del terror vinculada a la mutilación de cuerpos) hacen que esta historia de terror sea atrapante e interesante desde cualquier punto de vista. Porque todo esta tamizado por el buen gusto y el oportunismo de un director inteligente que puso los elementos del cine al servicio de una obra maestra literaria.
Con clímax excelentemente logrados, más allá de algún abuso en cuanto a utilización de efectos sonoros, esta película mantiene en vilo al espectador en los momentos de suspenso, donde más allá del terror mismo es toda la instancia previa y sus matices las que generan una situación expectante ante la inminente llegada de «ESO». Y cuando la escena amerita una sonrisa, también la consigue.
Actuaciones magníficamente logradas gracias a un excelente trabajo de dirección, una ambientación ochentosa de excelencia y la solvencia de un buen guión (entre los guionistas se destaca a Cary Fukunaga, director de la exitosísima primera temporada de True Detective y quien se bajó de este proyecto para dejar su lugar a Muschietti) hacen que valga la pena ver esta película, más allá de que usted sea amante o no del género. Porque en el terror, estimado lector, también puede existir el buen gusto y gracias a esto lograr una muy buena película.
Calificación: MUY BUENA
Ficha Técnica
Usa 2017 – Drama / Horror – 135 min
Dirección: Andrés Muschietti
Elenco: Bill Skarsgård, Jaeden Lieberher, Nicholas Hamilton, Megan Charpentier, Javier Botet.