Ya es conocida la historia de Graciela, la bicicleta a la que se subía todos los días Diana Hernández para llevar a un pequeño Ángel Di María a los entrenamientos de Central en su etapa en las divisiones inferiores. Aunque claro está, cada vez que Fideo recuerda aquellos duros momentos en los que pensó en dejar el fútbol y su sostén principal fue su madre, es inevitable que no brote toda su emoción.
En este caso, el crack rosarino brindó una extensa entrevista de al rededor de 40 minutos al programa ESPN Redes, y entre tantos temas que tocó, sobre la media hora le preguntaron sobre esa anécdota y al borde del llanto dijo: “Una de las cosas que hago siempre antes de cada partido es llamar a mi mujer para que me dé suerte y después llamo a mi mamá, que es la que me da la bendición. Son las personas que me bancan a full y están siempre atrás mío».
“Mi mamá es la que me llevaba en bicicleta, es la que me dio la vida”, tiró Di María, que en ese momento debió frenarse un momento en su relato porque se quebró emocionalmente. “Todo lo que tengo, todo lo que hice, el auto lindo, la plata, fue todo sacrificio, nada fue regalado. Sufrí porque tengo a mi familia lejos, a mis amigos lejos, tengo a mi mujer y mis dos hijas acá y nada más. Estoy acá por ellas y siempre hice todo para seguir creciendo, gracias a esa bicicleta y a mi mamá tengo todo lo que tengo”, siguió.
Por otra parte, se le hizo la consulta de cada ocasión y el jugador del Paris Saint-Germain aseguró: “La idea mía y de mi familia es volver a vivir en Rosario, estar cerca de mi familia, de la de mi mujer, de mis amigos, pero todo depende. Está muy difícil la Argentina de hoy, por la violencia, por los robos, esas cosas te hacen pensar mucho”.
“Es obvio que la ciudad te tira, en mi cabeza está volver a jugar en Central, lo siento y realmente lo quiero, mi mujer también desea que juegue en Central y quiero que mis hijas me vean jugar en Central, pero vivir la verdad que no sé”, aseguró Di María y agregó: “Me gustaría decir: ‘Sí, ciento por ciento me quedo a vivir en Argentina’, pero por cómo van las cosas es todo más difícil”.
Sobre lo que aún le representa jugar en la selección argentina, pese a las duras críticas que ha recibido, Fideo afirmó: “Tengo 31 años y aún estoy pendiente de si estoy o no en la lista. Cuando no estoy trato de entenderlo y lo que hago tratar de seguir demostrando y estar cada vez mejor en mi club, lo importante es dejar el ciento por ciento en el club para que todos hablen bien de mí».
Acerca de su nivel en la Copa América de Brasil, se mostró autocrítico: “No quedé conforme, podría haber dado mucho más, podría haber estado en mejor nivel pero fue duro para todos. Leo (Messi) dijo en un momento que no estaba siendo su mejor copa, pero puede pasar porque son partidos que te jugas todo o nada. Contra Colombia fue mi primer partido con todos los chicos nuevos y eso es un poco difícil para entenderse”.