Andrés “Chapu” Nocioni, Juan “Pepe” Sánchez y Fabricio Oberto, fueron las estrellas que dijeron presentes en la conversación de “Una Argentina posible: el caso de la Generación Dorada”, que también contó con algunas intervenciones grabadas de Emanual Ginóbili y Luis Scola.

En la charla, moderada por el presidente del BBDO Argentina, Carlos Pérez, y que se extendió durante casi una hora, las principales figuras del básquet argentino brindaron una mirada en primera persona del proceso de transformación y crecimiento que los llevó a lograr los títulos más significativos para Argentina.

El diálogo de los jugadores no se limitó al deporte, sino que, muy por el contrario, se focalizó en una reflexión de valores sobre el trabajo en equipo, la lucha de egos, la superación de límites y la constate búsqueda de nuevas metas, para trasladar su experiencia al plano social.

“ESTO ES ALGO QUE NACIÓ ACÁ, NO EN OTRO LUGAR”

Al brindar su mirada, el “Chapu” Nocioni hizo hincapié, en una primera instancia, en la “ambición” por “comerse la cancha” que motorizó al grupo desde “muy chicos”. “Creamos un grupo que nació de muy joven, trabajando, comprometidos, sabiendo muy bien lo que queríamos, permitiéndonos soñar y transmitir pasión hacia todo el equipo”, aseguró.

El ex NBA recordó los logros con la Selección Argentina e insistió que se lograron “tumbar potencias y mitos” que antes “se creían imposible”. “Lo logramos creando un vínculo muy fuerte. Eso hace que se puedan conseguir los sueños como los conseguimos nosotros”, dijo, y agregó: “Creamos un vínculo tan importante, que esto es algo que se puede llevar a otros ámbitos”.

“Trascendimos el deporte, acá no se habla más de básquet”, aseveró Nocioni, que tampoco evito la oportunidad para bromera: “Acá, muy pocos deben saber de básquet, con todos mis respetos”.

Nocioni consideró que el mensaje más importante para transmitir es que la Generación Dorada “nació acá y no en otro lugar”. “Hay que entender que si trabajamos juntos, podemos hacer grandes cosas y podemos soñar como soñamos nosotros. Somos chicos que soñaban con esto. Logramos nuestros objetivos trabajando unidos”, consideró.

“El límite de una persona es muchísimo más alto de lo que uno piensa. Yo pienso que crecí hasta los 38 años en los que me retiré del básquet. Y creo que como país también que hacerlo, hay que dar un paso adelante”, sentenció.
“LOS EQUIPOS JUGABAN CONTRA UN ENTE EN LA CANCHA”

En la misma sintonía, “Pepe” Sánchez resaltó los valores del equipo y la capacidad de sobreponer el interés de la selección por encima de los egos personales. “Competimos en la elite de la elite. Los egos nuestros son muy gigantes, por más que lo podamos disimular. Nosotros resignábamos parte de ese ego, en pos de un objetivo mucho más grande”, explicó.

“Individualmente no teníamos formas de llegar a ese tipo de nivel de súper elite. Y  creo que éramos muy inteligentes. Si había amistad, compañerismo, pero teníamos en claro que había que resignar cosas, y eso era un trabajo, no era fácil”, sostuvo.

El ex base del seleccionado recordó que la comunicación entre los jugadores era directamente “gestual”. “Ni siquiera nos hablábamos. A ese nivel de confianza llegamos nosotros. Asì llegamos a lugares que ni siquiera nos imaginábamos”, graficò.

Sànchez se mostró orgulloso de que Estados Unidos, el país que resulta ser la meca del básquet, haya “copiado” el modelo de Argentina por los resultados obtenidos. “Y nosotros no somos hijos de un sistema, salimos del caos. No había nada para que se cree la Generación Dorada. Pero eso habla de la capacidad y también de cómo nos autolimitamos”, reconoció.

“Si vinieron los americanos a copiarnos y fuimos capaces de innovar, me parece que ahí también hay algo para buscar de tratar de entendernos y de mirar para adelante. Todo esto termina en un hecho consumado: en un éxito”, consideró, y concluyó: “A veces hay que dar pruebas de éxito para poder extraer cosas. Que nos vengan a copiar por una vez, es algo muy interesante. Es el principio de autoestima que nos debemos como sociedad también”.

“TENEMOS QUE APRECIAR Y ENTENDER DE OTRO MODO LO QUE CONSEGUIMOS”

Fabricio Oberto se mostró fascinado al recordar el funcionamiento de la Generación Dorada. “Todos sabíamos los roles y cómo funcionábamos. Era increíble. En el vestuario, resolvíamos diferencias, lo que tenía que hacer y lo que le tocaba a cada uno, todo”, aseguró.

El ex jugador de básquet confesó que cada vez que vuelve a encontrarse con un integrante de aquel seleccionado, le vuelve la sensación de que “ayer estuvo tomando mate, preparándose para otro partido de nuevo”.

“Es difícil explicar como hacíamos para que todo el equipo, para que los 12, se movieron todos para un mismo lado. Hasta cuando nos hacían preguntas, todos contestábamos más o menos lo mismo”, indicó, y recordó: “En el 2004 éramos una roca insoportable: le llevábamos 3 puntos a Grecia y parecía que le ganábamos por 40. Había mucha solidez”.

El referente de la Generación Dorada no evitó los méritos por los logros obtenidos, pero remarcó la importancia de preguntarse “todo lo que llegó costar eso”. “Pero eso no nos da derecho a algo, sino apreciar y entender de otro modo lo que se ganó y se consiguió”, sostuvo.

“LOGRAMOS ACEPTAR DIFERENTES ROLES, Y ESO ES MUY DÍFICIL”

Las breves intervenciones de Luis Scola y Emanuel Ginobili, ausentes por su actual participación en las ligas de China y la NBA respectivamente, coincidieron con Sánchez en remarcar la capacidad de dejar los “egos” atrás del principal objetivo del seleccionado.

“Casi todos eran protagonistas de mayor nivel, y había jugadores muy protagonistas a la hora de competir en la selección argentina. Logramos aceptar diferentes roles, y eso muy difícil”, afirmó el “Luifa”.

Manu, además, reparó en el “estado de honestidad, bienestar y tranquilidad” que logró la Generación Dorada para cada partido que tuvo que disputar. “Eso es algo fundamental y que va mucho más allá del deporte”, dijo.

Existía un compromiso y responsabilidad para con el grupo, de mejorar, de querer comerse el mundo, pero al mismo tiempo de querer ir con el del lado. Y eso no se daba habitualmente. Nosotros queríamos ir más allá de la frase cliché”, garantizó.

Por su parte, el ala-pivot argentino reconoció que, en los últimos años, los “resultados fueron mucho más humilde de lo que eran en un principio” y consideró que eso era una señal de que “el mensaje era más fuerte a medida que pasaban lo años”.

“Esto se vinculaba directamente con el crecimiento del propio grupo”, dijo Scola, que brindó como reflexión final: “Si cada uno piensa cumplir un objetivo en esta vida, entonces no está pensando lo suficientemente en grande”.

Fuente: El Marplatense