La imagen del Che como posibilidad de cambiar la realidad
por Universidad del Hacer (Ciudad Futura)
Esta semana nos desayunamos con una nueva “polémica”, que lleva ese nombre solo por obra y gracia de los títulos de diarios, para que algo insignificante adquiera el status de debate público. “La polémica por un ploteo con la cara del Che en una unidad de la línea Q”. Nosotrxs no vamos a entrar en ninguna polémica de esas que son funcionales a la nada misma.
Lo único interesante para preguntarse es: ¿Qué le molesta al PRO y sus socios? Claramente, no es el gasto “innecesario”de plotear un colectivo. Eso es sólo populismo de derecha, por más que, probablemente, no les guste nada recibir ese adjetivo. Tampoco les molesta el uso excesivo de la figura del Che, porque básicamente la realidad muestra lo contrario, no hay nada en Rosario que lo eleve a mito ni mucho menos.
La imagen que se deja ver en la línea Q, y que tanto escandaliza a los “pluralistas”, se enmarca en la promoción de una semana dedicada al 90 aniversario de nacimiento de Ernesto Che Guevara, con actividades tan “violentas” como… un recorrido guiado en bus y una muestra sobre la relación del rosarino con la literatura. Es decir, el Estado promoviendo conocer una figura que es “controversial” (dicen por ahí) como lo son todxs lxs grandes líderes de la historia. Un ícono a nivel mundial. Para eso sirve promoverlas, al menos desde el Estado. Para entender que la historia no es un número de Billiken, como quieren los que usualmente escriben la historia. Y por esto está bien que sea el Estado el que ponga sus recursos para esta tarea.
Entonces, vamos de vuelta: ¿Qué le molesta al Pro? Paradójicamente, lo que les molesta es que la imagen del Che en un colectivo es la imagen de la posibilidad de cambiar la realidad, porque el Che es LA imagen del cambio (uno verdadero, no esa palabra que la derecha del siglo XXI se apropió sin que nos diéramos cuenta) Parece una tontería, pero no lo es. Desde hace medio siglo no existe ni una manifestación por una causa justa en cualquier parte del mundo, desde Latinoamérica hasta el continente asiático, pasando por Europa, e incluso EEUU, que no tenga una bandera con la cara de Che.
Entonces, lo que le molesta al PRO (y a la derecha) no es la cara, ni la vida y obra del Che, sino lo que expresa.
Llevar una bandera con la cara del Che es una expresión de solidaridad, empatía, compromiso social, lucha, conciencia colectiva. Es un símbolo de la tensión permanente entre aceptar la realidad tal como la muestran los que siempre ganaron, o buscar en esa realidad aquellas injusticias irracionales que deben ser cambiadas. Y en Cambiemos le tienen pánico al cambio.
Lo que le molesta al PRO (y a la derecha) es la rebeldía: que haya mujeres y hombres con tanta convicción como para hacerse preguntas sobre el funcionamiento de la sociedad y que pongan el cuerpo para responderlas. Lo que le molesta al PRO (y a la derecha) es que un pibe vea esa imagen, se pregunte quién es, y en los libros encuentre que al final no era tan malo como decían algunos. Y se van a irritar más cuando un día ese pibe o piba esté discutiendo por ahí con un alguien del poder…con una remera del Che puesta. Lo que le molesta al PRO (y a la derecha) es que esa imagen circule por toda la ciudad y que la gente la naturalice como parte de su vida y su identidad.
¿A quiénes pondría el PRO (y la derecha) en esos colectivos? ¿A Margaret Thatcher? ¿El Ravi Shankar? ¿Ghandi? ¿Bush Padre? ¿Hillary Clinton? ¿A un emprendedor? Estaría bien conocer la respuesta (si es sincera, mejor). Porque en la lógica del PRO, diría un escritor, “todos somos iguales…pero algunos son más iguales que otros”.
Lo que le molesta al PRO (y a la derecha) es que la imagen del Che es una expresión de la pasión militante. Una pasión teñida de inseguridades, dudas, miedos, angustias y todas esas “debilidades” humanas, pero con la única certeza y valor de “hacer historia”, de ser algo más que lo que nos dicen que somos o podemos ser. Somos lo que hacemos para dejar de ser lo que somos.
¿Pero cómo explicarle lo que es “hacer historia” a quienes reemplazan a Belgrano y San Martín por un hornero o un guanaco sin siquiera inmutarse?
La historia de la rebeldía, de la lucha, es la historia de los sueños dicen algunos que andan soñando en México. Y si hay un símbolo de rebeldía en el mundo, es el Che. Y dió la casualidad histórica que nació en nuestra ciudad. Para los que queremos que la ciudad se parezca más a nuestros sueños, tener una imagen dando vueltas en nuestras calles cada 90 años invitando a soñar, no nos parece polémico, sino necesario.