La propuesta del concejal Carlos Cossia de tatuar a perros y gatos castrados poco gustó en el Instituto Municipal de Sanidad Animal (Imusa). Su director, Daniel Rinaldi, explicó que lo ideal hubiese sido que lo consultaran ya que “el tatuaje es un método cruento, poco práctico, engorroso y tiene riesgos”. Por su parte, manifestó que el tatuaje debe colocarse en un lugar de fácil visualización, como en el oído en el caso de los perros y en el lado interior del muslo de los felinos.
«No pondría ni su oreja ni la de su perro»
“En un principio se pensaba en poner el microchip pero es importado y cuesta entre 150 y 400 pesos, más caro que hacer una esterilización que cuesta cerca de 60”, detalló el concejal del bloque Peronismo Solidario.
Según explicó Cossia en su momento, el método del tatuaje se haría bajo anestesia y serviría para ver cuántos animales se esterilizan por año. En el caso de que sea adoptado, se puede hacer un seguimiento y dar con la persona que lo abandonó. El concejal aclaró que no es una experiencia nueva ya que en todo el mundo en la raza “ovejero alemán” es obligatorio. “Argentina tatúa 10 mil ovejeros por año», argumentó.
En opinión contraria, Rinaldi ironizó que «no pondría ni su oreja ni la de su perro” y calificó a la práctica como “cruenta”. Además, relató que esta alternativa de tatuar a los animales cuando se los esteriliza ya se implementó hace varios años y no dio un resultados positivos. “Los animales sufren. Es muy engorrosa la práctica y se demora mucho, les provoca hematomas y salen con las orejas sangrando”.