Por Julián García, presidente de Idea Centro.
La dicotomía del título, más comúnmente la conocemos como Campo versus Industria, como si fuesen actividades excluyentes. Esto es fruto de un pensamiento binario que lamentablemente ha calado profundamente en nuestra sociedad y en la visión de algunos políticos.
Nuestro país se desarrolló tanto económica como socialmente a partir de un modelo agroexportador, que se dio a finales del siglo XIX y comienzos del XX y que tuvo su génesis en varios factores:
- Luego de Caseros, se logra la unión nacional y se plasma en una Constitución, la de 1853, que es un modelo excelso de enunciado de Derechos, Garantías y Obligaciones. El día 29 de agosto se festeja el día del abogado en homenaje al nacimiento de su redactor, Juan Bautista Alberdi.
- Con el regreso de la Provincia de Buenos Aires a la integración nacional, y después de la guerra de la Triple Alianza, surge la generación del 80, que concibe un plan de país con preclaros pensadores y políticos que vieron un futuro a partir de conceptos como «gobernar es poblar».
- Se incorporaron tierras improductivas y vinieron las manos de los hombres y mujeres del mundo a labrar la tierra y desarrollar oficios que no teníamos. Llegó la inmigración.
- Fueron los años de crecimiento de Argentina. Éramos el “granero del mundo”. Llegamos a ser la 7ª potencia del orbe y todo lo que conocemos.
- Europa fue el escenario de una desgarradora guerra y nosotros los alimentábamos.
- Comenzaron a faltar productos industriales y se comenzó un incipiente desarrollo de la industria argentina, pero sin un plan armónico y ordenado y dentro de un marco de inestabilidad política como fue la década infame.
- Los “ismos” se adueñaban del mundo. Nazismo, Comunismo, Capitalismo.
- Con las riquezas acumuladas y buscando sustituir importaciones, se incentivaron actividades industriales, de base como la siderúrgica, las de energía, las automotrices, artículos del hogar, etc, etc.
- Se puso en evidencia el famoso deterioro de los términos del intercambio y vivimos constantemente entre abrirnos al mundo y volver a “vivir con lo nuestro».
Siempre la dicotomía. Siempre el pensamiento binario. Y así nos ha ido.
Este somero sumario, no pretende ser un tratado de historia económica política o política económica, ni mucho menos. Solo es enunciativo para recordar de dónde venimos, para tratar de acordar hacia donde debemos ir.
No estamos conformes con nuestros resultados. Argentina, nuestro país, es de los pocos que lleva una constante de 70 años decreciendo y “generando” cada vez más pobres.
Debemos transformarnos. Y ese transformarnos significa algo tan sencillo como hacer mejor aquello que sabemos hacer bien y eso es la explotación de las riquezas que la naturaleza nos ha dotado. Pero ya no como antes. Tenemos el deber de haber aprendido la lección.
Hoy debemos agregar valor a nuestras producciones del campo, a la energía que extraemos del subsuelo, al igual que los minerales. El mundo demanda alimentos, el mundo demanda servicios, el mundo demanda excelencia y nosotros podemos dar todo eso. Podemos y debemos ser realmente eficientes y competitivos.
El futuro es el campo con la industria y la industria con el campo. Considerando dentro de la “industria” a la tecnología, la investigación y desarrollo, los servicios, etc, etc.
Este camino nos hará crecer nuevamente, pero debe ser con inclusión de todos, generando empleo privado genuino, atendiendo la necesidad de educación y formación.
Es un camino extenso. Debemos ser conscientes de ello. Bajemos las expectativas del corto plazo y construyamos un futuro mejor. Juntos el campo y la industria. Nunca más nadie contra nadie..
El respeto de los valores, la estabilidad jurídica, harán que seamos y tengamos un “imperio”, el imperio de la ley. Con jueces probos, y que sólo hablen por sus fallos e impidan la impunidad.
Las inversiones para todas las actividades económicas vendrán y serán productivas y no especulativas, en tanto y en cuanto respetemos y hagamos respetar las reglas, normas y leyes que deben ser justas y equitativas para todos.
Hay una riqueza disponible que nos espera. Sepamos explotarla, cuidándola. Transformando con valor agregado todo lo que la naturaleza nos regala día a día.
La complementación entre campo e endustria es posible, tal como se vio en uno de los paneles del Precoloquio de IDEA Centro el pasado 16 de agosto. Allí expusieron representantes de la industria metalúrgica y de la automotriz, como también del sector de producción primaria y logística. Todos coincidieron en que es posible la complementación y la convivencia.
Las conclusiones de este panel, las expondremos en nuestra próxima nota.