El paradigma Guardiola revolucionó el fútbol mundial. La posesión, la construcción paciente y progresiva y el juego lateral y recién luego profundo se impuso como una idea de éxito desde su Barcelona multicampeón (luego Bayern Munich y ahora Manchester City). Sin embargo, la tenencia de la pelota está lejos de garantizar los logros deportivos. Y para muestra vale un botón: la Superliga.
En el actual torneo argentino, de los cinco equipos de arriba de la tabla, River (57,5%), Vélez (56,3%) – dos equipos que suelen hacer de la posesión un culto – superan ampliamente el 50% de tenencia y Argentinos también la tiene más que sus rivales, pero no por tanto, está en un 52%.
En cambio, Boca (47,5%), el líder absoluto y el equipo más eficaz del torneo, está bastante lejos del 50%, y Lanús (49,8%), el quinto del certamen, araña la división equitativa de la pelota con su oponente. El año pasado, de los cinco de arriba (Racing, Defensa y Justicia, Boca, River y Atlético Tucumán), solo el Decano no llegaba al 50%.
De los 107 encuentros jugados en la actual Superliga, 48 (44,9%) fueron para los que tuvieron menos la pelota, 34 (31,8%) para los que más la tuvieron y 25 (23,3%) terminaron en empate. Si bien está claro que muchas veces el equipo que abre el marcador cede la posesión de la pelota, y de ahí los números, también es cierto que esos equipos eligen defender la ventaja sin la pelota. La tenencia es otra manera de defender y se asemeja a lo que suelen intentar River, Racing y Vélez, por citar tres ejemplos.