Las investigaciones por el homicidio de Juan Cruuz Ibañez están muy avanzadas. La muerte del muchacho de 23 años, para los pesquisas, tuvo una mecánica clara y las piezas parecen ir acomodándose en la reconstrucción del caso. Las que eran dudas, hoy parecieran ser certezas.
El prófugo por el crimen de Ibáñez cuenta con un frondoso prontuario
El ingreso y el ataque
Si bien en primera instancia los pesquisas se centraron en el testimonio de un trapito, que señaló que al muchacho lo redujeron en la puerta de su casa y junto a él se metieron en su departamento, hoy el caso apunta a otro lado.
En base diferentes datos, se cree que Lucas O. —el aparente asesino que se encuentra prófugo—ingresó a la casa de la víctima por el balcón, luego de trepar los dos pisos que lo separaban de la calle por la reja de un negocio lindero. Una vez dentro del domicilio comenzó la sangría.
En ese momento tomó un cuchillo de la cocina y atacó al muchacho en numerosas ocasiones. Le produjo no menos de once heridas superficiales y dos puñaladas fatales: una en el cuello, a la altura de al aorta, y otra debajo de la tetilla izquierda.
El robo y la fuga
Luego de perpetuar el crimen, el asesino cargó diferentes pertenencias de Juan Cruz en un bolso —un celular, ropa y una guitarra criolla— y descendió por el ascensor hasta la cochera, para intentar huir en el auto de la víctima.
Siempre según lo que especulan los investigadores, Lucas O. no pudo abrir el portón y tomó una determinación extraña. Volvió sobre sus pasos: regresó al segundo piso por el ascensor y subió tres plantas más por la esclera, para pedirle a una vecina que le abra el portón del garaje. Ella se asustó, no le abrió y llamó a la Policía. Esta teoría explicaría la presencia de sangre en los pisos superiores al departamento de Juan Cruz.
Ante la imposibilidad de llevarse el auto, el asesino rompió uno de los ingresos al edificio y huyó a bordo de un taxi —cuyo chofer terminó denunciándolo horas después—.
Hasta el momento Lucas O. se encuentra prófugo de la Justicia. Pero los pesquisas creen que su detención se producirá en las próximas horas.