En la octava jornada del juicio a Los Monos, los investigadores comenzaron a hacer desfilar ante la mirada de propios y ajenos el material probatorio. Acompañados del relato de Ariel Lotito, el policía habitué del nuevo Centro de Justicia Penal y protagonista de la pesquisa contra la banda, la fiscalía comenzó a contextualizar la información ventilada en las escuchas. De a poco, la figura de la Asociación Ilícita que se le achaca a los veinticinco acusados va tomando forma.
Las vedettes de la jornada matutina fueron dos enormes ametralladoras de fabricación nacional que fueron incautadas por uniformados de la División Judiciales en allanamientos realizados en domicilios vinculados los lugartenientes de Los Monos. El primer arma de repetición que fue expuesta en la sala de audiencias fue una FMK3, un arma de fabricación nacional construida para la guerra de Malvinas. Según contó Lotito, fue incautada en una casa de Pasaje 509 y Melián, donde también hallaron una pistola 9 milímetros, un silenciador y, escondidos en el congelador de una heladera en desuso, los legajos policiales de Luís Pollo Bassi, Facundo Macaco Muñoz y «de uno de los Milton», en referencia a Cesar y Muñoz —los principales acusados por el homicidio de Claudio Pájaro Cantero—.
La siguiente ametralladora exhibida fue una marca Alcón —también de fabricación nacional—que encontraron los policías en una casa allanada de Villegas al 6300, donde también encontraron drogas y un documento a nombre de Leandro Alberto Vilchez, uno de los imputados como cabecilla de la banda.
A su vez, Lotito hizo un relato pormenorizado del procedimiento que se realizó en una zona rural de Pérez, donde se encontró «una mansión en construcción», con numerosos cuartos y baños con jacuzzi, dos piletas de natación —una construida con la forma de la cara de ratón Mickey -, un quincho enorme, caballerizas, caniles y una zona preparada para practicar tiro al blanco, con chapones ubicados en diferentes sectores y alturas.
Viejo conocido
Al ser entrevistado por el fiscal Gonzalo Fernandez Bussy, Lotito contó que conoció a Guille Cantero «en el año 2000 y pico». Él instalaba sistemas de aire acondicionado y fue contratado «por casualidad» por Vanesa Barrios —mujer del cabecilla de Los Monos, que está detenida en una cárcel federal por una investigación vinculada a la comercialización de drogas— para realizar un trabajo en una casa de Pasco al 1000, de Granadero Baigorria.
Según explicó el policía, cuando terminó con su labor vio llegar a Guille y se reconocieron mutuamente; luego se quedaron charlando sobre la cría de canarios.