Tras las elecciones generales, en todos los bunkers de Rosario hubo festejos. En algunos más y en otros menos, como el del Frente Progresista Cívico Social, que minutos después de las 11 sólo quedó el catering y la prensa.
Pero el panorama de duda que reinaba en el lugar siguió hasta ayer a la mañana, porque en ese mismo partido, contaban hasta último momento, voto por voto, para ver si finalmente entraba el tercer candidato o definitivamente Cambiemos se quedaba con su séptima nueva banca.
Al finalizar el conteo definitivo y tras varias caras largas, volvió la celebración al partido, porque los números estaban otra vez de su parte. Por lo menos por un tiempo.