Unos minutos después de las 23 del domingo un adolescente de 17 años ingresó por sus propios medios al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. Estaba muy mal herido, por lo que los médicos del lugar lo atendieron ni bien ingresó.
Los profesionales de la salud lo revisaron y determinaron que el muchacho presentaba dos heridas de arma de fuego —una de ellas de gravedad—: un plomo se le había incrustado en el sector derecho de la cara y otro le había impactado en el brazo izquierdo. Sin embargo, casi por milagro, el tiro que le impactó en el rostro no le causó daños severos y, luego recibir curaciones, el baleado quedó internado, en estado estable.
Una vez que los médicos terminaron con su trabajo el muchacho fue entrevistado por un grupo de uniformados, quienes intentaron reconstruir el ataque. Él les contó que todo tuvo lugar en la intersección de los Boulevarse Avellaneda y Seguí. Estaba parado en esa esquina cuando un grupo de pistoleros, a quienes no conocía, le dispararon sin mediar palabra.
El esclarecimiento del hecho quedó a cargo de investigadores Ministerio Público de la Acusación. Hasta el momento, debido a la imposibilidad de la víctima de individualizar a él o los atacantes, no hay personas detenidas por el caso.