Mario Castellón, uno de los fundadores de la banda pionera de cumbia en el país, Los Wawancó, habló en exclusiva con el periodista Emanuel Rodríguez en el programa El Puente que se emite por Radio Mitre Rosario. Los orígenes, la llegada a distintos sectores sociales y la cima de la popularidad, fueron los ejes del diálogo.
Los Wawancó llevan más de 60 años pisando escenarios de Argentina y del mundo. Sus integrantes proceden de distintos países latinoamericanos: Chile, Costa Rica, Perú y Colombia. Esa confluencia de identidades y la mencionada penetración de clases, sumada a la permanencia a lo largo del tiempo; son las piezas que conforman un fenómeno cultural aún vigente.
Castellón se remontó a los inicios hace más de seis décadas. «Éramos todos estudiantes de medicina. En 1955 nos juntamos por casualidad en la boda de un costarricense, mi amigo Tico, que se casó en La Plata. Después un señor que tenía un restaurante en Olivos nos propuso hacer una prueba y así empezó todo». Un dato de color: el nombre del local de Olivos: Tom y Jerry.
El músico contó que, en ocasiones, tenían pautados conciertos con hasta 5 meses de anticipación. «El primer disco, El Pescador, pegó enormemente en la idiosincrasia no sólo de Argentina sino de Uruguay, Paraguay y Chile». Además explicó que han tocado «arriba de camiones de acoplado en verdaderos campos abiertos. Fue todo hermosísimo en esa época», indicó con un tono entre nostálgico y alegre.
La anécdota de Grecia: almohadones en el Panathinaikó ante 45 mil personas
Frente a la consulta acerca de cuál fue el lugar más emblemático en el que les tocó presentarse, Castellón no dudó: «Una vez estuvimos en el Panathinaikó de Grecia. Era el aniversario del estadio y compartimos escenario con otros artistas europeos. Había más de 45 mil personas». Enseguida relató que en ese país «al público le dan como un almohadón y lo tiran al campo. Cuando terminamos estaba todo el campo lleno de almohadones.