El periodista Julio Bazán habla tranquilo. No parece haber pasado dos días en terapia intermedia, no parece haber recibido 5 ganchos en la cabeza, ni haber sido apedreado, pateado e insultado en la plaza de los Dos Congresos. «Mis heridas se van a curar en diez, quince días, pero lo que hay que curar rápido, con urgencia, es la violencia en el país», dijo el reconocido movilero de TN desde su casa y en diálogo con El Puente, por Radio Mitre Rosario. Y con la tranquilidad de los estudios médicos en orden, del hogar y el reposo, Bazán denunció con dureza que quienes lo golpearon es «gente común, normal, fanatizada por el veneno que inoculan los políticos».
No es la primera vez que Julio Bazán es agredido en las manifestaciones, especialmente en los últimos años. El periodista aseguró en El Puente que desde que el ex presidente Néstor Kirchner comenzó a denunciar que «TN Miente» la situación para los cronistas en la calle comenzó a agravarse. «Con este clima de división y fanatismo llegamos al extremo de que prácticamente tenemos que sacar las identificaciones de los móviles y trabajar encerrados», expresó Bazán. «Eso ya es normal, lamentablemente. Pero yo no puedo permitir que 50, 100 enfermos fanáticos decidan si puedo trabajar o no. Hace décadas que estoy en la calle y estoy dispuesto a afrontar situaciones, no me voy a rendir».
«Yo soy cronista de calle hace décadas y viví muchas situaciones de riesgo de vida, de balazos. Pero en esos casos, los periodistas eramos relatores, eramos testigos, y podíamos ligar una piedra o una bala, pero no estaban dirigidos a nosotros. Ahora, la gente está envenenada por los discursos y relatos fanatizados. Y si el periodista no dice lo que ellos quieren, lo agreden y hasta le pegan, con saña, con furia», manifestó el periodista de TN.
Para Bazán, ese «fanatismo» no es la única sorpresa, cambio, en las manifestaciones de los últimos años, sino que también es sorprendente que los violentos son «personas comunes». «Una vez fui agredido y se pudo identificar a quienes me habían insultado. Eran una señora mayor, un universitario, un animador de fiestas infantiles, gente normal que en estas circunstancias están envenenados por discursos y fanatismos y se convierten en animales».
Bazán recibió el lunes una piedra en la cabeza. Estuvo en terapia intermedia dos días. Tiene cinco ganchos. Espera que se cure esa herida cortante y las quemaduras internas que tiene en la boca, producto de las cenizas calientes que le arrojaron. El periodista suena tranquilo. Está en su casa y las tomografías, radiografía y ecografías salieron bien. «No hay secuelas internas de los golpes abundantes que recibí», dice aliviado a través de los micrófonos de Radio Mitre Rosario.
El periodista de TN también destacó los saludos y gestos de solidaridad que, remarcó, fueron «unánimes». «Es muy emocionante que la gente, los dirigentes y periodistas, exprese esa apoyo. Es reconfortante la avalancha de manifestaciones de solidaridad», remarcó. Y a la vez, apuntó a la clase política del país: «Los que pueden pacificar son los funcionarios que elegimos para que nos cuiden. Pero si afuera hay violencia y en el Congreso los diputados se insultan y empujan, la violencia se transmite y no va a frenar».