«Me salvé porque tenía el vidrio levantado», relató Eduardo Rolón, testigo de la tragedia en Puerto San Martín. Contó que había tres camiones en hilera y él estaba en el segundo. Paralelo al suyo, había uno más. Subió el vidrio porque estaban cargando el de adelante y levantaba mucho polvillo, y eso le generó una protección.
La explosión lo dejó atónito: «Me corrió medio metro el camión de donde estaba», comentó el camionero.
Rolón sufrió quemaduras en su oreja y pelo, leves, teniendo en cuenta la gravedad de la explosión. «Vi las llamas que avanzaban, me puse en posición fetal, y esperé. Cuando volví a mirar se había corrido y ahí me bajé del camión y comencé a correr. Mientras corría vi a un amigo y lo traje conmigo. Me quedé con su piel en las manos», describió, conmocionado.
Fuente: Diario La Capital