Motos estacionadas en las veredas de Rosario: una carrera de obstáculos para los vecinos, hartos de la falta de control
Por Nicolás Menna Lambertucci y Mauro Yasprizza
El escenario se repite en un sinfín de cuadras de Rosario: motos estacionadas por sus dueños sobre la vereda, en franca violación de la normativa vigente, lo que obstruye el paso de los peatones y, en consecuencia, es motivo de quejas frecuentes de los vecinos.
La norma sobre el estacionamiento de las motos es muy clara. La ordenanza, que estableció el Código de Tránsito de la ciudad, especifica en su artículo 45 los sectores de la ciudad habilitados para dejar este tipo de vehículos y los que no.
En rigor, el inciso a.3. señala: “El estacionamiento de motovehículos y bicicletas se ajustará en lo general a las disposiciones de este artículo y además a lo estipulado en la normativa especial (Decreto- Ordenanza Nº 3512/1983). Fuera de la zona comprendida por Av. Belgrano, calles Bs. Aires, San Juan, Paraguay, Urquiza y Sargento Cabral; se podrá estacionar sobre la acera izquierda según sea el sentido de circulación, solo cuando aquella tenga un ancho mayor de 2,50 mts., se coloque el vehículo en forma paralela al cordón, no obstruya desmedidamente el tránsito de peatones ni produzca molestia alguna a los frentistas. En estos supuestos el vehículo deberá disponerse a 0,60 mts del cordón aproximadamente”.
Además, menciona: “En calles doble mano, sin cantero central y de menos de 11 mts. de ancho se autoriza el estacionamiento de estos vehículos sobre la acera de los números impares, en las condiciones indicadas en el párrafo anterior. En las restantes vías de doble o múltiple mano y con acera de ancho superior a los 4,50 mts. se podrá estacionar estos vehículos, a 0,60 mts. del cordón a fin de no obstaculizar la apertura de las puertas de los automóviles que estacionen en el sector”.
Así, fuera de ese sector delimitado por la ordenanza, donde no se puede estacionar motos en la vereda, en calles como Ov. Lagos, Salta, Dorrego, o Dean Funes, sí está permitido.
Sin embargo, pese a la prohibición, en el sector vedado, las veredas son usadas como sitio provisorio para dejar las motos. Algunas están sujetas con cadena y candado a los postes que indican la nomenclatura de las calles o a los árboles.
Para no apoyarse en supuestos o creencias, Rosario Nuestro recorrió diferentes sectores del microcentro, donde no está permitida la presencia de motos en las aceras.
Por caso, calle Córdoba, entre Italia y Dorrego puede verse en las imágenes que es abundante la presencia de estos rodados sobre las veredas, en ambas manos.
Lo mismo ocurre en Corrientes, entre otras calles donde se advierte esta problemática.
Qué hace el municipio
Desde el gobierno municipal reconocieron que no hay operativos de control de motos estacionadas en veredas. No obstante, admitieron que los inspectores tienen la obligación de observar el uso indebido de la acera, y de hecho, se contabilizan algunas remisiones por este tipo de infracción.
Vale señalar que los autos tienen lugar para aparcar en la calle, pero, en el caso de las motos, es necesario facilitarles un espacio en la calzada que debe estar claramente delimitado.
“Cuando detectamos, por ejemplo, en un supermercado, que, además de los clientes, también generan un movimiento los trabajadores que lo hacen con sus motos, se hace un trabajo conjunto con la Secretaría de Movilidad para que frente al local comercial se establezca un box en la calle para poder eliminar las motos mal estacionadas”, explicó la secretaria de Control, Carolina Labayru.
En efecto, esa experiencia se llevó a cabo en un supermercado de Ayacucho y Mendoza: “Allí tuvimos denuncias de vecinos porque la vereda era intransitable, y se dispuso un estacionamiento exclusivo enfrente del comercio. De ahí que ya no se ven motos estacionadas en ese punto. Lo mismo pasó con una compañía aseguradora de Juan Manuel de Rosar y San Luis, que tenía el mismo problema, con una vereda angosta y llena de motos. Se hizo el box exclusivo y estamos notando un cambio en la conducta de los motociclistas”.
Si bien en sectores del microcentro hay boxes o sectores reservados exclusivos para motos, como en calle Mitre entre Santa Fe y San Lorenzo, evidentemente no alcanzan y la costumbre le ganó a la norma. Situación que genera más de dolor de cabeza a personas con movilidad reducida, adultos mayores o quienes transitan con sus hijos en cochecitos. Por eso resulta imperioso revertir esta realidad con mayor control y por supuesto mayores espacios para este tipo de vehículos para una más armónica convivencia entre todos.
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