Newell’s hizo agua por todos lados: el papelón táctico de Fabbiani y la complicidad de una dirigencia sin rumbo
Por Mauro Yasprizza.
Por Mauro Yasprizza.
La Lepra volvió a quedar en ridículo con un planteo táctico incomprensible y una comisión directiva que hace rato perdió el timón. Belgrano le pintó la cara, y el verdugo fue un viejo conocido: Franco Jara, que 16 años después volvió a hundir a Newell’s.
Newell’s no perdió un partido. Newell’s entregó su dignidad futbolística en bandeja de plata. Lo de hoy fue un sometimiento deportivo, una lección de cómo se puede desarmar un equipo desde adentro, entre malas decisiones de escritorio y un planteo táctico que da vergüenza ajena.
Cristián Fabbiani creyó que se recibía de estratega con una pizarra de dos líneas de cuatro que no existieron ni en la imaginación. El equipo fue una invitación al ataque rival: sin desborde, sin sorpresa, sin nada que pueda llamarse idea de juego. El resultado: Belgrano hizo lo que quiso, como un sparring que de repente descubre que el campeón ya no tiene mandíbula.
Pero el problema no es solo del técnico. La actual comisión directiva viene construyendo este derrumbe con refuerzos de segunda línea, libros de pases mediocres y promesas vacías que solo agrandan la frustración. Newell’s se acostumbró a reciclar jugadores que no están a la altura de un club grande, y el resultado es un equipo que ni siquiera logra competir.
Y como si el destino disfrutara de burlarse, apareció otra vez Franco Jara. El mismo que hace 16 años dejó a Newell’s masticando bronca con la camiseta de Arsenal, volvió a ser el verdugo, ahora con los colores de Belgrano. Dos goles, figura de la cancha y una postal repetida: la Lepra derrotada, con el karma de no aprender nunca de sus propios errores.
En el Parque de la Independencia ya no queda ni orgullo. Solo la amarga certeza de que mientras sigan este técnico y esta dirigencia, lo de Newell’s será siempre lo mismo: una historia de fracasos anunciados.
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