Newell’s, inhibido por FIFA: el club minimiza la sanción, pero crece la preocupación por el futuro deportivo
Por Mauro Yasprizza.
Por Mauro Yasprizza.
La dirigencia leprosa aseguró que la medida “no impedirá incorporar jugadores”, aunque en realidad la inhibición frena cualquier movimiento en el próximo mercado de pases hasta que se regularicen deudas millonarias. El malestar entre los hinchas se profundiza ante una conducción que insiste en dar mensajes de calma, mientras la realidad marca lo contrario.
La FIFA notificó en las últimas horas una inhibición contra Newell’s Old Boys por incumplimientos económicos. Oficialmente, la dirigencia reconoció la medida, pero intentó restarle peso al anunciar que “el proceso de desinhibición ya está en marcha” y que no habrá trabas para incorporar futbolistas.
Sin embargo, en los hechos, la sanción impide inscribir refuerzos hasta que el club salde las obligaciones pendientes. Se trata de juicios y reclamos de exjugadores y representantes que vienen acumulándose en los últimos años y que exponen la falta de previsión en la gestión financiera rojinegra.
Mientras tanto, el mensaje oficial intenta transmitir calma a los socios, pero puertas adentro la preocupación es evidente. Si Newell’s no cancela las deudas en tiempo y forma, quedará atado de pies y manos en un mercado de pases clave para fortalecer un plantel golpeado por la irregularidad deportiva.
En el Parque Independencia muchos recuerdan que no es la primera vez que la institución recibe sanciones internacionales: ya existieron inhibiciones anteriores que costaron caras en materia deportiva. Hoy, pese al discurso optimista de la dirigencia, la realidad marca que la Lepra está otra vez en el radar de la FIFA, y el futuro inmediato dependerá de cómo se resuelvan los números en los escritorios, más que de lo que ocurra dentro de la cancha.
Porque al final, la dirigencia puede hablar de “responsabilidad y transparencia”, pero las inhibiciones no se inventan: se pagan. Y lo que se juega Newell’s en los próximos mercados no es solo la chance de reforzarse, sino la credibilidad de una conducción que parece vivir más de comunicados que de resultados.
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