Newell’s rugió en Salta y se metió en cuartos: triunfo de carácter ante Atlético Tucumán
En un partido vibrante y plagado de goles de cabeza, el equipo de Fabbiani mostró su mejor versión ofensiva, superó 3-2 al Decano y llegará al clásico rosarino con el envión anímico que necesitaba.
Por Mauro Yasprizza.
En el Padre Martearena, Newell’s salió a disputar un partido que, más que un simple cruce de Copa Argentina, era un examen de personalidad. El equipo de Fabbiani sabía que no había margen para especular: la clasificación a cuartos era una obligación y la antesala perfecta para encarar el clásico ante Central con la moral en alto.
Desde el arranque, la Lepra sorprendió con una postura intensa, presionando alto y generando situaciones claras. A los dos minutos, Noguera desperdició un cabezazo inmejorable. Diez minutos más tarde, la fórmula de pelota parada rindió frutos: centro de Banega, peinada en el primer palo de Martino y definición de Lolo para el 1-0.
Lejos de conformarse, el rojinegro siguió atacando. Herrera tuvo un mano a mano, Montero estuvo cerca con un cabezazo y Cocolizo obligó a una atajada espectacular de Mansilla. Sin embargo, la desconcentración defensiva pasó factura: Díaz ganó por arriba y asistió a Tesuri para el empate, y poco después, una mala salida del arquero Espínola dejó servido el 2-1 a Coronel.
La reacción no tardó: centro de Herrera y cabezazo de Maroni para el 2-2 antes del descanso. Cuatro goles en 45 minutos, todos por la vía aérea, confirmaban un duelo tan emotivo como cambiante.
En el complemento, Newell’s ajustó líneas y Atlético Tucumán tuvo una clara con Coronel, pero a los 15 minutos llegó el golpe definitivo. Cocolizo, de espaldas al arco, se giró en el área y definió contra el palo para el 3-2 que desató el desahogo leproso. De ahí en adelante, el partido se jugó con más nervio que fútbol, y los cambios le dieron aire al equipo para sostener la ventaja.
Newell’s ganó con justicia, porque mostró ambición, porque recuperó la intensidad de sus mejores pasajes y porque supo levantarse tras dos golpes duros en la primera mitad. El triunfo, además de la clasificación, le devuelve a la Lepra confianza y una sonrisa que había perdido. Ahora, todo el foco estará en Rosario y en un clásico que lo encuentra con el ánimo en alza y la ilusión intacta.
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