En lo que fue una semana altamente convulsionada para Newell’s en lo institucional y, deportivamente lejos de estar en una situación óptima, el equipo de Omar De Felippe consiguió un triunfo más que necesario para calmar, al menos un poco, las fuertes corrientes que chocan en la orilla rojinegra.
Comienzo para nada positivo para la Lepra, que se quedó sin Luciano Pocrnjic minutos antes del encuentro, ya que padeció una contractura en su aductor al finalizar la entrada en calor, y en su lugar apareció como titular Nélson Ibáñez. Después, pisando los 10 minutos de juego, Brian Sarmiento dejó el campo de juego lesionado, con llanto incluido de dolor. Al poco tiempo, fue el turno de Bruno Bianchi de salir, también por lesión.
Tigre no pudo aprovechar las tantas dificultades iniciales con las que contó el local, y en ningún momento de la primera parte pudo ser superior. A los 30, llegaría el respiro para el Coloso, cuando Héctor Fértoli empujó una pelota que le quedó servida bajo el arco tras un corner y puso el 1-0.
Cuando las persianas de los primeros 45 minutos se bajaban, Luis Leal enfrentó como una pantera furiosa a los defensores del Matador y, con una gran definición ante la salida de Chiarini le dio tranquilidad a todo Newell’s convirtiendo el 2-0.
En el segundo tiempo se notó un Newell’s desgastado y cansado físicamente, apurado por un Tigre que iba en busca del descuento, que lo conseguiría a partir de un gol en contra de José San Román.
La Lepra seguía sufriendo el correr de los minutos, donde le costaba cada vez más llevar físicamente lo que restaba del partido. El desperdicio de claras contras hicieron aún más agónico el final y, el pitido final de Pompei trajo felicidad y algo de respiro a un Newell’s golpeado por todas partes.