No es la primera vez que la esquina de Salta y Ovidio Lagos se cobra víctimas por siniestros viales. Marcelo Seisas, lamentablemente, se suma a una lista que crece con el paso de los años y la falta de políticas públicas. O lo mínimo: atención a lo que sucede en la esquina céntrica.
El año pasado, el futbolista Lautaro Andrés González Riaño conducía un Peugeot 208 cuando escapó de un control de alcoholemia en esa misma esquina. En su carrera, cruzó un semáforo en rojo en Ovidio Lagos y Catamarca, donde embistió a un motociclista, que horas después falleció en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca).
El 5 de junio de 2014, Miriam Teresa Delorenzi, una docente del Colegio Virgen del Rosario, murió al ser arrollada por un automovilista que quiso evitar un choque con una moto ascendió a la vereda, llevándosela por delante.
El 29 de agosto de 1999, María Antonella Trivisonno, de seis años, falleció al ser atropellado el automóvil que conducía su madre por Salta en dirección al centro.