En la tercer jornada del juicio contra Los Monos, cuatro de los imputados declararon ante los jueces y no admitieron preguntas de la Fiscalía.
En primera instancia, tomaron la palabra los ex policías Germán Horacio Herrera —acusado de cohecho y encubrimiento agravado— y Diego Javier Cárdenas —señalado como miembro de la asociación ilícita—. Ambos negaron haber participado o colaborado con la banda. Los dos le exigieron a los Fiscales y los Jueces que se corrobore su patrimonio para que quede demostrado que no tienen absolutamente nada que ver con el caso. Incluso Herrera rompió en llanto al contar ante el tribunal que tenía un pedido de quiebra por no pagar el crédito que solicitó para pagar su fianza. Luego de la declaración de los ex uniformados comenzaron a hablar los acusados a los que toda la prensa había ido a buscar.
Lorena Verdún
«Mi relación con Claudio Cantero duró hasta el 2008. La última pareja del señor fue Mercedes Paz, que es la que tendría que estar sentada en este lugar»
Lorena es la ex mujer de Claudio Pájaro Cantero y es la madre de sus hijos. Sin embargo, al momento de su homicidio llevaba cinco años separada y en este punto estuvo centrado su principal argumento para explicar que no tiene nada que ver con la causa —en la que está acusada de formar parte de la asociación ilícita, y de encubrimiento agravado—. «A mí se me acusa de una asociación ilícita por tener unos autos. Tengo 39 años, creo que tengo derecho a comprar mi propio vehículo. Por eso trabajo, como todos ustedes», señaló.
La ex mujer del líder de Los Monos asesinado aseguró, siguiendo la estrategia defensista conjunta, que ella fue víctima del acoso del juez Juan Carlos Vienna, quien en vez de investigar a Mercedes Paz, la última mujer de Pájaro, hija de Luis Paz, la vinculó a ella. Y en ese sentido, cabe resaltar que los defensores de los acusados llevan largo tiempo señalando que la investigación de Vienna está manchada por la relación del juez con la familia Paz.
Ramón Monchi Machuca
«Somos el chivo expiatorio del socialismo. Armaron una causa en la que entramos nosotros, para demostrarle a la sociedad que somos el mal de la provincia. Vamos a mostrar acá en el juicio el pacto político que tiene el socialismo…Como yo digo, los cuatro magníficos: Socialismo, Juez Vienna, Luis Paz y la brigada de judiciales»
Monchi fue el más filoso, el más punzante de los acusados que declararon hasta el momento. Solo, sin ser acompañado por su defensor, caminó tranquilo hasta la silla que estaba ubicada frente a el escritorio de los tres magistrados y comenzó a hablar. Aclaró que sólo haría un descargo, que no admitiría preguntas. Y comenzó con su discurso.
El presunto cabecilla de Los Monos planteó que la causa en la que es juzgado junto a su familia de crianza es una farsa armada por el gobierno de la provincia de Santa Fe para librarse del mote de «narcosocialistas».
Machuca señaló que la causa fue orquestada por «los cuatro magníficos», es decir, las autoridades de Santa Fe, Juan Carlos Vienna, Luis Paz y la Brigada de Judiciales —que fue disuelta en 2014 luego de una serie de burdas irregularidades—.
Monchi aseguró que cuando se inició la investigación en contra de su familia, parte de la gente que trabajaba en Judiciales le fue a «vender» la causa y le pidió un millón de pesos para desvincularlo; algo que él no hizo.
Munición gruesa contra Bonfatti
«El gobernador —por Bonfatti— tiene que dar explicación de cómo el Chevrolet Cruze que estaba a nombre de èl llegó a manos de Luis Medina y Luis Medina lo llevó a una agencia, lo cambió por una chata, y la chata fue dada de nuevo al señor gobernador»
Enmarcado en la postura de los acusados de desprestigiar a quienes cree que generaron la investigación en su contra, Machuca aseguró que el ex gobernador Antonio Bonfatti tenía una estrecha relación con Luis Medina —sindicado líder narco asesinado en diciembre de 2013—.
Por un lado, señaló que Bonfatti era el titular de un Chevrolet Cruza que, en circunstancias que no aclaró, fue a pasar a manos de Medina, quien lo cambió por una «chata»que luego entregó nuevamente a Bonfatti.
También aseguró que durante el período en el que estuvo prófugo, autoridades judiciales le ofrecieron un acuerdo en el cual, si él se entregaba, le garantizaban la posibilidad de hacer un juicio abreviado y recibir la módica condena de 7 años de prisión. «Escuché el disparate de los 41 años —pena que pidió la fiscalía para él—. Ni a Robledo Puch le dieron tantos años como los que me está tirando el fiscal», cerró, se levantó de su silla y caminó para ubicarse detrás de su defensor. El lunes continuarán las audiencias.