El avance de la tecnología y la investigación en muchas disciplinas convirtió a antiguos oficios en profesiones especializadas que surgen para satisfacer las demandas de la sociedad actual. Una de las actividades que en los últimos años se fue consolidando como una propuesta académica en auge es la podología.
“La demanda en la atención del pie existe y se incrementará porque se va perfeccionando”, afirmó Sabrina Rossi, directora de la Licenciatura en Podología de la Universidad del Gran Rosario. “Es una profesión independiente, que se puede ejercer en un consultorio particular”, destacó la profesional.
La podología comenzó como un oficio que desarrollaban las personas que obtenían algún conocimiento básico sobre el cuidado del pie a través de cursos o capacitaciones cortas. Con el correr del tiempo, la actividad se fue profesionalizando y logró encuadrarse dentro de una normativa que la regula.
En el año 1973, bajo el decreto Nº 1424 del Poder Ejecutivo de la Nación, en su artículo 1 reconoce a la pedicuría “como actividad de colaboración de la medicina”. Dos años después, se sanciona la primera normativa (Ley 7847) que reconoce y reglamenta el ejercicio de la profesión en Santa Fe.
Finalmente, en 1987, la actividad queda reglamentada por la Ley 10.158, la cual establece en su artículo 8 que los podólogos matriculados están habilitados legalmente para desarrollar las siguientes tareas:
La prevención, diagnóstico y tratamiento de la queratosis, heloma, lámina ungueal y todo otro problema menor del pie, de cuyo tratamiento, por su carácter, se eximen habitualmente los profesionales médicos.
- Las curaciones que indicaron los médicos, y bajo la responsabilidad y supervisión de éstos.
- La práctica de masajes pédicos, con aplicación de productos de uso externo autorizados por la farmacopea nacional y de venta libre.
- La utilización de instrumental adecuado y aparatos eléctricos utilizados en la profesión.
- La utilización e indicación de medicamentos y fármacos de venta libre autorizados por la farmacopea nacional y de uso exclusivamente externo.
- La atención del pie normal, a fin de asegurar su bienestar, confort y estética, mediante la indicación y/o aplicación de órtesis y prótesis ungueal pédica.
En 1995, la ley 11.328 crea el Colegio Provincial de Podólogos, donde se establece que la Tecnicatura Universitaria en Podología es obligatoria para obtener la matrícula profesional dentro de la Provincia de Santa Fe. Años después sufre una modificación, quedando definitiva la Ley 13.283 hasta la actualidad.
Teniendo en cuenta la importancia de la profesión en la ciencia sanitaria, la UGR lanzó la primera Licenciatura en Podología de la región de dictado virtual con prácticas presenciales. “La licenciatura tiene tres ejes grandes: la biomecánica, pediatría y geriatría e investigación”, adelantó Rossi y agregó: “Brinda un grado académico que permite desarrollar investigaciones o estudiar alguna especialización”.
La Licenciatura en Podología parte de la concepción de salud integral, entendiéndola como el perfecto equilibrio y completo bienestar psicológico, físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedad.
Esta propuesta académica surge de la necesidad de contar con profesionales con idoneidad y sentido crítico para actuar ante diversas situaciones, que irá adquiriendo en el transcurrir de sus prácticas pre profesionales.
Además, la propuesta brinda la posibilidad de obtener un título intermedio de Tecnicatura Universitaria en Podología, permitiendo que el profesional acceda a su matrícula obligatoria para el ejercicio profesional.
En cuanto a la salida laboral, la directora de la carrera indicó que los licenciados tienen un inmenso abanico de posibilidades para desempeñarse en diferentes áreas de la salud, tanto públicas como privadas. El podólogo puede realizar su labor con pacientes de diferentes edades (sobre todo niños y adultos mayores) y ocupaciones (deportistas de élite o trabajadores que puedan dañar su pie en sus labores).
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