Mendoza tiene su “reina madre”. En medio de la tendencia de abandonar los concursos de bellezas en las fiestas populares argentinas, la Vendimia se resiste a dejar sin vigencia la elección de una bella joven que represente a la provincia en giras turísticas y comerciales. En la provincia del vino, la ganadora lleva corona, capa y es tratada por -unos pocos días, mientras dura la fiesta- como una verdadera reina. Camina con su cortejo, recibe regalos y el público las vitorea. Pero las críticas, incluso de algunas mujeres que ocuparon ese lugar y que admiten que la mujer es vista como un «objeto», han obligado a modificar el reglamento hace tres años. Ahora, por primera vez, en 72 años de la Fiesta de la Vendimia, una joven mamá fue electa por su municipio y competirá el 3 de marzo por el cetro nacional.
María José Di Marco (22) es la reina del municipio de Tupungato, en el próspero Valle de Uco mendocino. Es mamá de Emma (2), que sorprendida desde la tribuna, participó de la coronación. “Histórica elección”, titularon medios locales cuando por primera vez una madre puede ocupar el lugar de reina.
El reglamento se modificó por ley provincial en 2014 pero se aplicó desde hace dos años, buscaba dar un “aire” de modernidad a la elección de las candidatas vendimiales. Desde entonces no se impuso una edad ni estatura límite, basta acreditar identidad femenina y está permitido casarse y tener hijos.
María José, rubia, de ojos celestes, ganó por goleada en la madrugada del domingo: 60 votos contra 29, que obtuvo la segunda. Representó al Cordón del Plata, localidad de altas cumbres nevadas. “No tengo ningún rollo con ser madre”, dijo y se definió como una chica “sensible, transparente y que odia las injusticias”. Está terminando la carrera de Diseño Gráfico en un terciario de Tupungato y quiere iniciar un emprendimiento para vincular el diseño con la organización de eventos.
La reina lleva nueve años de novia con Emiliano (26). Entiende que la Vendimia es una oportunidad laboral: “Creo que voy a poder cumplir. Hay que hacer un gran esfuerzo y no es nada fácil dejar a un hijo. Esto es un trabajo». Y a quienes aún resisten los cambios, les dice: “La sociedad es muy conservadora y tiene todavía la idealización de una reina perfecta. Pero está bueno innovar”.
Fuente: Clarín.com