¿Por qué una persona con coronavirus puede tener un resultado negativo en una prueba de diagnóstico?
Las pruebas de diagnóstico que buscan el coronavirus pueden dar negativas cuando la persona transita los primeros días de incubación (4 ó 5 después de que se infectó) o bien en pacientes asintomáticos después del octavo a décimo día desde que se contagió porque la cantidad de virus oscila y por momentos se vuelve indetectable.
Así lo explicó a Télam el bioquímico Fabián Fay, quien «alertó que la detección del virus no es lo mismo que la capacidad de contagio».
Fay, quien tiene amplia experiencia en biología molecular, diagnóstica y participa de la Sociedad Argentina de Virología (SAV), sostuvo que «el hecho de que sea detectable en el test no implica que la persona contagie, son conceptos diferentes más allá de que en algún momento coincidan» y describió que «comprender esta dinámica sirve para pensar en qué momentos es útil testear».
«La prueba de reacción en cadena de la polimerasa, conocida como PCR, no diferencia si un virus es o no infectivo», explicó Fay, quien también pertenece a la Cámara Argentina de Laboratorios (Calab) y es director de Cibic Laboratorios de Rosario.
En referencia a la detección, el especialista explicó que «desde el momento en el que se produce la infección (contacto con el virus) la persona atraviesa al menos 4 o 5 días sin síntomas, esto es el período de incubación y durante esos días el virus es indetectable porque la carga viral es muy baja».
«A partir de ese momento, la carga viral comienza a elevarse tanto en sintomáticos como asintomáticos. A partir del cuarto o quinto día en ambos casos, la prueba diagnóstica daría positivo con mayor probabilidad. Después de ese período, comienza a descender dependiendo de la severidad del cuadro», señaló.
El tiempo en el que la prueba sigue dando positiva es variable: «Algunas estadísticas indican que la negatividad es del 80% a los 14 días del primer hisopado positivo y 95% a los 21 días, luego de resuelta la infección. Pero hay un componente más: sobre todo en los pacientes asintomáticos la carga viral puede aumentar o descender durante ese periodo, lo que hace que un paciente pueda dar negativo un día y positivo dos días después», sostuvo.
En referencia al momento en el que la persona contagia, el bioquímico describió que «los trabajos científicos demostraron que en general se veían virus viables (que infectan) hasta el noveno o décimo día luego de haber sido detectado, en pacientes leves, y que estos tiempos podían hacerse más largos en pacientes graves».
Y continuó: «Esta es la explicación de por qué el Ministerio de Salud recomienda hoy dar el alta a los 10 días post resultado de PCR positivo en pacientes leves, aunque, si se les hiciera una PCR quizás en algunos pacientes ésta podría dar positiva por lo que explicábamos con anterioridad, sin que el paciente contagie a otros».
En referencia a la contagiosidad de los pacientes asintomáticos, Fay sostuvo que «probablemente el tiempo sea menor que estos casi diez días, pero es difícil establecer una línea de tiempo por no saber a partir de cuándo el paciente expresa virus».
El bioquímico señaló que «estas conclusiones son parte de trabajos sobre cinética viral que se fueron publicados en estos meses de pandemia y que fuimos corroborando en la práctica cotidiana» y describió que son aplicables «a todas las pruebas que busquen RNA viral, tanto las PCR como las que utilizan otra tecnología como la amplificación isotérmica».
«Pero -alertó- recordemos que esto es biología y uno habla del escenario más probable, que no invalida que ocurran ocasionalmente otras cosas».
En referencia a cómo y para qué se deberían utilizar estas pruebas en el contexto actual de la pandemia en Argentina, Fay consideró que «teniendo en cuenta que estamos frente a un escenario donde hay ciertas restricciones -más vinculadas al acceso a la toma de la muestra y a la logística para llegar a los pacientes que a la disponibilidad de los insumos-, los test deberían realizarse prioritariamente en casos sintomáticos o contactos estrechos de casos positivos con comorbilidades que puedan implicar un riesgo si se infectan».
Y continuó: «Hay que tener claro que un testeo temprano puede provocar un resultado negativo que posteriormente, en muchos casos con la aparición de síntomas, puede requerir un nuevo testeo y volverse positivo».
En este sentido, el bioquímico concluyó que «la posibilidad actual de definir casos positivos por nexo epidemiológico (como serían los convivientes de una persona positiva) hace que se puedan evitar usar estos recursos para estos casos, salvo que la persona conviviente tenga síntomas y deba ser evaluada».
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