Por Silvana Savoini, sexóloga.
La salud sexual es un estado de completo bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad, no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o malestar. La salud sexual requiere un enfoque positivo y respetuoso hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de coerción, discriminación y violencia. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y cumplidos.(Organización Mundial de la Salud, 2002, 2006)
“La sexualidad es un aspecto central del ser humano presente a lo largo de la vida y abarca el sexo, las identidades y papeles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad, y la reproducción” (OMS, 2002).
La Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS) es una organización internacional multidisciplinaria que incluye a sociedades científicas, organizaciones no gubernamentales y profesionales en el campo de la sexualidad humana, que promueve la salud sexual a lo largo de toda la vida, y a través el mundo mediante el desarrollo, la promoción y el apoyo de la Sexología y los Derechos Sexuales para todos.
¿Cuáles son nuestros Derechos Sexuales?
1- El derecho a la igualdad y a la no-discriminación
2- El derecho a la vida, libertad y seguridad de la persona
3- El derecho a la autonomía e integridad del cuerpo
4- El derecho a una vida libre de tortura, trato o pena crueles, inhumanos o degradantes
5- El derecho a una vida libre de todas las formas de violencia y de coerción
6- El derecho a la privacidad
7- El derecho al grado máximo alcanzable de salud, incluyendo la salud sexual, que comprende experiencias sexuales placenteras, satisfactorias y seguras
8- El derecho a gozar de los adelantos científicos y de los beneficios que de ellos resulten
9- El derecho a la información
10- El derecho a la educación y el derecho a la educación integral de la sexualidad
11- El derecho a contraer, formar o disolver el matrimonio y otras formas similares de relaciones basadas en la equidad y el pleno y libre consentimiento
12- El derecho a decidir tener hijos, el número y espaciamiento de los mismos, y a tener acceso a la información los medios para lograrlo
13- El derecho a la libertad de pensamiento, opinión y expresión
14- El derecho a la libre asociación y reunión pacíficas
15- El derecho a participar en la vida pública y política
16- El derecho al acceso a la justicia y a la retribución y la indemnización
La iniciativa este año es enfocar en los aspectos emocionales de la sexualidad y la necesidad humana de vinculación. Las expresiones y el disfrute del amor y la intimidad son diversos y deben ser reconocidos, respetados y protegidos.
Intimidad es conocimiento y confianza mutua
Intimidad, vocablo procedente del latín intimus, interior, lo más interior o interno. Para que un vínculo tenga la cualidad de ser íntimo, es preciso que cada uno de los integrantes de esa relación esté dispuesto a compartir su mundo interior con el otro. Esto no depende del tiempo transcurrido, ya que hay parejas que llevan muchísimos años de relación sin haber construido intimidad. Del mismo modo que puede producirse una conexión de gran intimidad entre personas que se acaban de conocer. También es preciso aclarar que intimidad no es sinónimo de genitalidad. El encuentro sexual, en el sentido del contacto físico, no necesariamente implica la existencia de intimidad, pese a que es frecuente usar el término “intimar” para hacer referencia al intercambio sexual.
Citando a William Masters y Virginia Johnson: “A menos que dos personas estén dispuestas a revelar una buena cantidad de información sobre sí mismas – no sólo biográfica sino también en términos de lo que sienten, lo que temen, lo que les preocupa, las esperanzas que abrigan y lo que sueñan-, es improbable que pueda existir verdadera intimidad… Hacerse vulnerable significa estar dispuesto a exponer las propias debilidades, los miedos, los defectos y ansiedades, limitaciones y vergüenzas, sin preocuparse porque eso vaya a ser un arma contra uno”(Masters, W, Johnson V. &Kolodny R.,1996)
La intimidad nos expone a la vulnerabilidad, que es la cualidad de ser vulnerable (susceptible de ser lastimado o herido, ya sea física o moralmente), emana también del latín: vulnus, herida; hábilis, que puede; y el sufijo dad, indicativo de cualidad.
En función de lo expuesto, es fácil comprender que la intimidad requiere de confianza. Necesitamos confiar en que todo ese conocimiento de lo más interior de nosotros mismos, no será usado en nuestra contra. Por eso es tan importante no utilizar jamás las debilidades del otro como elemento de poder en una discusión, y por supuesto, no traicionar la confianza, ya que ambas circunstancias erosionan la intimidad, a veces de forma irremediable.
Desnudarnos, implica siempre un acto de vulnerabilidad. Pero no se trata únicamente de quitarnos la ropa…es probable que a esa vulnerabilidad emocional se refiera por ejemplo Alejandro Sanz cuando canta: “…no enciendas las luces que tengo desnudos el alma y el cuerpo”. A lo largo de la historia de la humanidad, los artistas en todas sus manifestaciones han expresado los saberes e interrogantes sobre la intimidad, la sexualidad, la vulnerabilidad, y en definitiva, sobre el amor en todas sus formas.
Masters, W, Johnson V. & Kolodny R. (1996) Eros. Los mundos de la sexualidad. Grijalbo Mondadori
La Declaración de los Derechos Sexuales de WAS fue originalmente proclamada en el 13er Congreso Mundial de Sexología en Valencia, España en 1997, y posteriormente fue aprobada en Hong Kong en 1999 por la Asamblea General de WAS. La presente revisión de la declaración fue aprobada por el Consejo Consultivo de WAS en marzo de 2014.