Después de una extensa temporada (¡44 fechas!), la segunda categoría del fútbol argentino llegó a su final. Con la emotividad y el suspenso que identificó históricamente a esta divisional, Chacarita selló su regreso a la Primera y junto al campeón Argentinos serán los nuevos integrantes de la Superliga que se está gestando. Con técnicos jóvenes y equipos ofensivos, los dos clubes brindaron propuestas superadoras dentro de la paridad / mediocridad que muchas veces domina el fútbol nacional y se convirtieron en modelos a imitar de cara a los próximos años.
En la últimas semanas se habló mucho del «Bicho de La Paternal» del Gringo Heinze. Campeón de punta a punta, consiguió el ascenso varias fechas antes del final de certamen y fue el mejor de la temporada. Nadie se atreve a discutirlo. Desde el vamos, se plasmó en el campo de juego la idea futbolística a perseguir, la cual fue perfeccionándose con el correr de las fechas. El equipo intenso para recuperar pero paciente para atacar fue la sensación de la B Nacional.
En tanto, Chaca tuvo que esperar hasta el final y sufrir para festejar. En la pelea mano a mano con Guillermo Brown de Puerto Madryn, el equipo de Walter Coyette manejó mejor las emociones y los nervios de la recta final y pudo lograr la vuelta a Primera. Al igual que el campeón, los de San Martín también ofrecieron una propuesta ofensiva, con variantes tácticas, donde siempre se construyó pensando en el arco de enfrente.
Para Heinze (de efímero paso previo por Godoy Cruz) y Coyette (DT de Chaca desde febrero del 2016) fue la primera vez al mando de un equipo profesional durante una temporada completa. Ambos aprovecharon al máximo la chance, consiguieron el objetivo buscado y lograron plasmar una idea. Por lo ya realizado se merecen formar parte de los llamados «técnicos de primera», grupo donde se destaca la nueva camada (con Marcelo Gallardo a la cabeza) aunque siguen formando parte del mismo varios que en ningún momento demostraron condiciones para ganarse ese lugar.
Lamentablemente, se trata de una constante del fútbol argentino que se fue corrigiendo en los últimos años. Sin embargo, varios entrenadores que fracasan sistemáticamente en todos los clubes que dirigen siguen teniendo posibilidades (Gorosito, Astrada, Quiroz, Burruchaga, Merlo, Sava, entre otros). Por eso, lo que consiguieron Heinze y Coyette en su primera experiencia seria es tan importante.
Ahí radica el mayor merito de los entrenadores que ascendieron. Puliendo el material con el que contaban (juveniles o jugadores que buscaban una nueva posibilidad) definieron un estilo de juego y nunca traicionaron esos conceptos. Puede parecer una obviedad, pero en Argentina son muy pocos los equipos que saben a lo que juegan. Y tanto Argentinos como Chacarita, se encuentran en ese selecto grupo. Bienvenidos sean los «nuevos» directores técnicos, los que se animan, los que innovan, los que vienen a refrescar los lineamientos que ya quedaron obsoletos. Este año quedó comprobado, por lo menos en la siempre competitiva y pareja B Nacional, que los que arriesgan, ganan.