Todos alguna vez leímos, escuchamos, o nos contaron la historia de algún cuento de Eduardo Sacheri. Y sino, lo vimos en el cine, ya que es el autor de la novela «La pregunta de sus ojos», en la que se basó la película ganadora del Oscar de Juan José Campanella, «El secreto de sus ojos».
Pero hay una palabra que viene automáticamente a la cabeza cada vez que se menciona a este escritor: Fútbol. En una entrevista en exclusiva para el programa Arriba el sábado, que se emite por Radio Mitre Rosario, charló de eso: sus dos mundos, sus dos amores, la literatura y el fútbol.
El mundo de la Literatura
En el marco de la charla, Sacheri, puso el foco en el quehacer literario, que ocupa la mayor parte de su tiempo: «Casi todos los días estoy 4/5 horas a la mañana y a la tarde intentando escribir. A veces estás metido y cuando te levantás a la noche para ir a cenar hay 10 o 15 páginas escritas y decís ‘mirá que bien’. Pero también hay días que te distrajiste todo el tiempo, escribiste dos páginas y al otro día te das cuenta que no sirven. En el fondo yo creo que se tara de estar muchas horas sentado, si podés todos los días, con mucha regularidad. La regularidad y no la inspiración es lo que le termina dando forma a lo que hacés», señaló.
Además, afirmó: «Me resulta bueno cambiar, irme moviendo de un lugar a otro. El año pasado saqué una novela policial, «La Noche de la usina»; este año salió un libro de mi columna de fútbol en El Gráfico; después capaz viene una historia de amor… es un poco para oxigenar lo que hago. Por ahí es medio peligroso porque decís ‘uh me fue bien con esto’ y después repito la fórmula para que la gente me siga queriendo. Por un lado es una garantía, una seguridad, pero, por otro, vas perdiendo libertad».
El mundo del fútbol
Por otra parte, el escritor se refirió a la polémica instalada en el universo futbolístico a raíz del uso de la tecnología: «Me da un poco de ‘cosita’. Ya gritar un gol y que te lo anulen a los dos segundos te desespera. Cuando estoy en la cancha y hace un gol Independiente lo primero que hago es mirar al lineman… es una pequeña muerte».
En ese sentido, continuó: «Hay un árbitro, dos jueces de líneas, uno detrás de cada arco, con eso debería ya ser suficiente. El fútbol es un deporte muy climático, me parece muy anti climático la suspensión de los resultados. Si no le encuentran un modo que sea extremadamente dinámico no creo que me guste».
Sin embargo, admitió que la implementación del videoarbitraje puede resultar útil en casos puntuales de injustica deportiva: «Si viene de la mano de una injusticia fragante yo prefiero la justicia. A veces uno ha visto que cobran un penal un metro y medio afuera del área, prefiero privarme de la discusión el día después y no que hayan afanado a mano armada a tal equipo», aseguró.
Tras ser consultado por el gol de Maradona a los ingleses, resaltó la importancia de comprender el contexto histórico e indicó que tiene «un contenido de revancha simbólica que se inscribe en otro plano. La mano de Diego en el contexto de las relaciones pacíficas de la Argentina con el mundo en 2017 sería otra cosa. Ahora, en el año 86, cuatro años después de Malvinas, en cuartos de final contra Inglaterra, reconozco que yo mismo tenía una ensalada en la cabeza y no me arrepiento», sentenció.
«Felizmente las situaciones tan trágicas y traumáticas de esa Argentina van quedando más lejos. No me arrepiento de lo que sentí en aquellos momentos ni de haber festejado los dos goles de Diego, el de la mano de Dios, pero sobre todo el otro que era poesía en movimiento», cerró.