Un prueba de carácter superada
Por un lado, Newell´s rescató un punto sobre la hora en Tucumán, otra vez con un gol agónico del zaguero central Joaquin Varela. Generó y despilfarró una cantidad importante de chances y, cuando parecía que se quedaba nuevamente con las manos vacías fuera de casa, consiguió el empate en una de las últimas bolas del partido.
«El objetivo era cambiar la imagen de visitante. Necesitábamos atravernos, porque la idea la tenemos. La actitud fue espectacular y los jugadores tuvieron su premio. Necesitaba ver otra imagen del equipo, necesitaba ver esto. Una cosa es el equipo de local, pero de visitante cambia demasiado y no es saludable. Fue una prueba de carácter», analizó con claridad y contundencia el entrenador De Felippe.
Otra vez Leal fue lo más interesante que mostró el equipo rosarino. La Pantera fue el gran protagonista de las jugadas de peligro y sólo le faltó el gol, complicando por momentos él solo a toda la defensa tucumana. Además, Newell’s se sostuvo con buenas actuaciones de Ibáñez (clave para sacarle el segundo gol al «Yacaré» Núñez) y Fontanini, quienes desactivaron los aislados intentos del local por estirar la diferencia. En contraposición, los laterales siguen siendo lo más flojo de NOB en el 2018 (fundamentalmente Evangelista), Rivero estuvo errático e impreciso, Torres no gravitó mientras que la displicencia de Figueroa hace replantear constantemente los minutos que tiene en cancha.
Por lograrlo sobre la hora, por no rendirse, por que lo fue a buscar con juveniles del club (Treppo y Rodríguez), porque lo mereció a pesar de los errores y las desatenciones, porque sumó de visitante, por todo esto la Lepra llega con un «espaldarazo» anímico interesante al choque en Brasil frente al Atlético Paranaense. No era lo mismo ir a jugar ese partido con una nueva derrota a cuestas, con el karma de visitante cada vez más instalado. Por eso, el gol sobre la hora de Varela tiene un significado distinto, un alcance mayor al habitual ya que parece haber llegado en un momento justo. Ahora dependerá del plantel rojinegro transformar ese empate agónico en la bisagra que Newell’s debe generar para salir de la irregularidad.
Una victoria tan necesaria como celebrada
Antes del empate de la Lepra, Central sacó adelante un partido complicado frente a Belgrano y volvió a ganar de local luego de la derrota frente a Patronato. Envuelto en el mar de ausencias y lesiones típico del 2018, el equipo de Leo Fernández fue sumamente eficaz y sumó tres puntos claves en la carrera a las Copas del 2019.
Lo preponderante, en una jornada sin grandes luces o aciertos desde la producción futbolística, pasa por el triunfo en sí. La victoria ante un rival directo opaca y atenúa un partido chato para el Canalla, donde la contundencia ofensiva fue el principal atributo en un encuentro siempre incómodo y de trámite complejo.
Después de sufrir la primera media hora de juego y contener los avances cordobeses, Central golpeó de pelota detenida en la segunda jugada que generó y rápidamente atestó el segundo gol, dejando «groggy» a un sorprendido Belgrano. Aunque el tramo final del primer tiempo aventuraba una reacción desde el juego por parte del local, el complemento fue por momentos un monólogo del Pirata.
La diferencia de dos en el marcador se sostuvo hasta el final (el descuento de Lema fue en tiempo agregado) por la falta de puntería del visistante al momento de definir y ciertas interevenciones de Ledesma. A pesar del triunfo, el juego no convenció y la sensación es que le alcanzaron esos 10 minutos finales del primer tiempo para quedarse con una victoria clave.
Pero antes y despúes, siempre estuvo incómodo en el partido, con errores de retroceso y desacoples defensivos. Gomez no estuvo firme en la marca y perdió varias veces la espalda, no hubo coordinación con Da Campo, Pereyra no es volante central de contención y eso se notó, mientras que Carrizo decidió mal las pocas jugadas que generó y volvió a confirmar que esta lejos de ser el organizador que el equipo necesita.
Para destacar, se contabilizan algunos chispazos de Lopez Pisano, ciertos movimientos de Lovera (en ese tramo final del primer tiempo), el partido de Cabezas con gol incluido y dos atajadas claves de Ledesma cuando Belgrano inquietaba y merecia el descuento.
Sin embargo, lo importante era ganar, no dejar puntos de local, salir rapido de la goleada en Paraná y llegar con cierto envión anímico a San Pablo. Y eso se logró. Ahora, todo lo que Central debe corregir y mejorar, lo podrá trabajar y buscar en el contexto de mayor tranquilidad y paciencia que siempre otorga un triunfo.