El fútbol español caracteriza por mover millones de euros y tiene a algunos de los clubes más poderosos del mundo. Sin embargo, no todas las instituciones la pasan bien económicamente. Uno de los que está inmerso en este último caso es el Reus, club catalán de la Segunda División que fue expulsado del certamen por La Liga y suspendido por tres años de competiciones internacionales.
Si bien esta drástica medida estaba al caer tras la postergación de los últimos partidos del club por falta de jugadores, los inconvenientes financieros no son algo nuevo. De hecho, debido a ellos, en junio del año pasado inscribió solo 16 futbolistas profesionales, el mínimo posible, para afrontar la temporada de la Segunda División.
A pesar de estas dificultades, el equipo participó del certamen y luchó por no descender. Sin embargo, en diciembre del año pasado, cuando ya llevaban tres meses sin cobrar, los futbolistas se plantaron y, todos abrazados en la mitad de la cancha, decidieron reclamar con un minuto de silencio en el encuentro ante el Alcorón.
Después de este episodio, el plantel se redujo a 13 jugadores que decidieron hacerle frente al mal momento y hasta lograron un gran triunfo por 3-0 ante el Málaga, que es uno de los que pelea en la zona de arriba.
Era cuestión de tiempo para que estos 13 que quedaban tomen alguna otra medida para reclamar su salario. O por lo menos alguno de ellos. Y así sucedió hace algunos días, cuando siete jugadores se declararon libres por no cobrar y quedaron solo seis.
Sin poder jugar por falta de futbolistas, llegó la rigurosa sanción de La Liga, que dejará a la Segunda División con 21 equipos y declarará al Reus como perdedor, por 1-0, de todos los partidos de la segunda rueda.