Una madre exige que se investigue la dudosa muerte de su hija
“La vida se me apagó” describe Gabriela Meglio sobre la dudosa muerte de su hija, Morella. La pequeña de 11 años falleció el 23 de septiembre de 2016, luego de que su mamá le haya inyectado una dosis correspondiente a un tratamiento de alergia. Las aplicaciones eran frecuentes para ambas y formaban parte de una rutina hacía ya 2 años. Pero ese día comenzó a faltarle el aire y falleció camino al Hospital Provincial. En diálogo con el programa El Puente por Radio Mitre Rosario, la mujer acusada de “homicidio culposo” compartió su lucha contra la Justicia exigiendo un análisis de la sustancia.
Gabriela vive en Villa Gobernador Gálvez, ese día le colocó la dosis correspondiente a su hija que se descompuso seguidamente. Automáticamente, llamaron al SIES y la trasladaron al hospital de la localidad. “Yo no entendía bastante. En camino al hospital la pierdo, y ahí comienza toda mi odisea”, relata y cuenta que desde ese día están a la espera de los resultados del procedimiento policial. “Morella falleció en la vía pública y viene la policía a tomarnos declaraciones, principalmente a mí porque yo soy la que le ponía las vacunas”, agrega.
Días más tardes, la Dra. Mariana Prunotto del Ministerio Público de la Acusación tomó el caso. Su secretario se llevó el frasco de la vacuna. Luego, “comenzamos un camino que no está teniendo ningún tipo de resultado, esperamos que se realice la autopsia, me entregan el cuerpo de mi hija para poder velarla y me dicen que dentro de tres meses iba a tener los resultados. Pasó el tiempo y no los hubo”, explica.
Por este motivo, Gabriela decidió constituirse como querellante para comenzar a seguir el tema de cerca dentro de la fiscalía. Los análisis de la dosis tampoco tenían novedades. En Santa Fe no los atendían o no los podían hacer, la Universidad Nacional de Rosario tampoco tenía los equipos suficientes. “A fines del año pasado, la fiscal para darnos un poco de tranquilidad nos dice que en Córdoba lo realizan, que ya estaba casi todo dicho y que solo había que cerrar algunas cuestiones”, detalla y agrega que tampoco se pudo hacer porque la provincia vecina lo rechazó por no tener los instrumentos.
La fiscal Prunotto pidió entonces colaboración a su colega regional, Patricio Serjal. A pesar de las reuniones, el caso sigue sin solución, sin tener los análisis del líquido de la vacuna, sin saber cuál fue la causa del deceso de Morella. Mientras, la carátula del caso es “homicidio culposo”. “Imagínense que en ese momento de no entender nada de lo que estaba pasando, vienen a tomarme declaraciones por algo de ese tipo”, resalta Gabriela.
Según la madre, los médicos no encontraron ningún tema congénito con la menor y ellos necesitan saber si hay posibilidad de que esa sustancia haya estado contaminada. Ahora, la fiscalía les ofrece realizar el análisis en un lugar privado pero les exigen un perito de parte. El problema para Gabriela reside en un que un profesional de este tipo cobra 300 mil pesos. “A mí lo que me hace ruido es que pasa el tiempo y no tengo respuestas. El 25 de abril y me dijeron que iba a tener. Todavía no tengo ninguna”, culminó.