Las demoras en el escrutinio en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires, la falta de boletas tradicionales en los cuartos oscuros y los inconvenientes a la hora de entender la boleta única volvieron a encontrar su cauce en la que pareciera ser la única alternativa: el voto o boleta electrónica. Mientras desde el gobierno nacional se alienta el cambio de sistema, los expertos en informática aconsejan lo contrario, lo mismo que la propia experiencia de otros países: Alemania y Holanda son ejemplos de uso del voto electrónico y vuelta atrás. Desde el Observatorio Político Electoral de la UNR, sostienen: hay que mejorar los procesos de elecciones, pero nunca dejar de lado el factor humano.
“Toda transferencia de datos de resultados da más posibilidad de vulnerabilidad. Introducir tecnología vinculada a esta transmisión de información expone el voto a más situaciones de corrupción que en procesos manuales”, consideró Cintia Pinillo, docente investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Pinillo forma parte del Observatorio Electoral de la UNR, que funciona hace ya diez años siguiendo e investigando los procesos electorales en la provincia.
Para ella no hay dudas que el mejor sistema de elecciones es el proceso tradicional, ya sea con boletas partidarias o únicas. Es decir: lo importante es el papel y la persona que controla. Los sistemas más sofisticados, remarcó, implican mayor dificultad para tener un control, además de que dependen de empresas privadas: uno (el Estado) contrataría ese servicio de elecciones.
“En el proceso tradicional, por el contrario, hay muchos actores. Y entonces las elecciones no pueden vulnerarse de manera masiva. Las autoridades de mesa, los fiscales, los resultados traducidos en telegramas o fax. Todo eso es muy importante en la confección y el respaldo que queda para el escrutinio definitivo”, explicó Pinillo. “El factor humano es control. Una entiende que el mundo cambió y se quiere conocer el resultado ya. Es una urgencia propia de la sociedad contemporánea. Pero no hay que olvidarse que el verdadero escrutinio es el definitivo. Y que el sentido no está en tener un resultado urgente sino uno representativo”.
Para Pinillos, el debate debería centrarse en cómo profesionalizar el sistema de votación. Es decir, la clave está en seguir capacitando e informando sobre todo el proceso de elecciones: desde que llega el padrón hasta que se envían los datos. “El proceso de elecciones es uno de los eventos más magníficos de la sociedad democrática contemporánea. Hay millones de personas involucradas, de factores e instituciones. Eso es maravilloso. Hay que mejorar esos procesos, pero sin dejar el factor humano de lado”, concluyó.
Las mil y una formas de elegir
“Estamos en un sistema de la edad media”, vociferó, por radio Mitre Rosario, el concejal y candidato a diputado nacional Jorge Boasso. La falta de boletas para las elecciones nacionales fue un problema con el que más de una fuerza – y sus fiscales en el territorio – tuvieron que lidiar durante todo el domingo. “Fue terrible. Una tortura para mí y para mi equipo. Por suerte tuvimos colaboraciones de fiscales de otras fuerzas, como Del Frade (por el Frente Social y Popular)”, remarcó el actual edil. Y no quedó ahí. Para Boasso, la base del problema está en el sistema de votación: “No puede creerse que no se avance al voto electrónico”. “Los que se oponen son los caudillos de determinadas provincias, son los ridículos que dicen que puede hackearse. ¿Qué pasa con todas las operaciones bancarias y tributarias que se hacen? No puede creerse que no avancemos”.
La discusión sobre el sistema de votación en la provincia y el país no se agota solamente en pensar la alternativa del voto electrónico. Durante las elecciones primarias en Santa Fe convivieron dos sistemas de votación: el de boleta única y de boletas partidarias. La mixtura también trajo algunos problemas y disparó debates. El concejal Eduardo Toniolli (Pj), por ejemplo, estuvo en las antípodas de Boasso. Para él, “el mejor sistema de votación es el que exprese más fielmente la voluntad de los electores”. Y esa no es la boleta única ni la electrónica: es la boleta tradicional en papel. “No hay un sistema de elecciones perfecto. Pero hasta ahora, el más claro es el de la boleta en papel con el agregado de la foto. Es el sistema que más se acerca a que la población se exprese”, remarcó Toniolli, a la vez que reconoció que el robo de boletas es uno de los mayores inconvenientes del sistema nacional.
Toniolli recordó que, en la misma sintonía que ahora, en 2011 se presentó un amparo desde el Movimiento Evita contra la implementación de la boleta única. “Planteamos una serie de objeciones porque consideramos que se violan ciertos preceptos constitucionales, como la transparencia. Muchas cosas se fueron confirmando. La distorsión de la voluntad popular es evidente, por ejemplo, porque hay un porcentaje de votos anulados de gente que se nota que quiso votar. Muchas boletas tenían marcado a los dos candidatos del PRO, o a los tres del Peronismo”, explicó.
“Y el voto electrónico es vulnerable, como todo sistema informático. Pero además es un sistema que expropia la posibilidad del pueblo de controlar. De alguna manera se pierden mecanismos de control. Los que van a auditar son expertos. Con el voto en papel no puede haber un fraude masivo. Implementarlo es una vuelta atrás en la historia”, agregó Toniolli respecto al sistema electrónico. “Ya la sumatoria de sospecha lo hace inconstitucional”.
Pablo Javkin es el autor del proyecto de ley que dio origen al sistema de boleta única en la provincia de Santa Fe. “Es un sistema superador, porque garantiza que todos los candidatos tengan asegurado por el Estado el derecho a ser elegidos. Y le garantiza a todos los ciudadanos el acceso a todas las opciones. La experiencia es valiosa y la gente supo capitalizarlo”, remarcó el también candidato a concejal por el Frente Progresista Cívico y Social. Y agregó: “El sector que discute la boleta única discute un mecanismo que le da más libertad al elector”.
Javkin tampoco considera la opción electrónica. “Las experiencias en el mundo son marginales. Países como Holanda y Alemania lo dejaron de lado por su grado de vulnerabilidad”, manifestó. La vulnerabilidad, en ese sentido, es la clave. No se trata, explicó, de sistemas más rápidos, sino de los que sean más fiables. “No nos tenemos que olvidar que en Gran Bretaña se decidió salir o no de la Unión Europea con boleta de papel”, defendió.