La Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que este día es una oportunidad para concienciar, educar y mejorar la comprensión del VIH como un problema de salud pública mundial.
Para complementar la campaña del Día Mundial del Sida 2017, cuyo lema es «Derecho a la salud», la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la necesidad de que los 36,7 millones de personas infectadas por el VIH, y quienes son vulnerables o están afectados por la epidemia alcancen el objetivo de la Cobertura Sanitaria Universal (CSU).
Bajo el lema «Cada persona cuenta», la OMS aboga por el acceso universal a servicios de atención sanitaria y a medicamentos seguros, eficaces, de calidad y asequibles, así como a medios diagnósticos y otros productos básicos para la salud, al mismo tiempo que se garantiza su protección frente a los riesgos financieros.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca el sistema inmunitario y debilita los sistemas de defensa contra las infecciones y contra determinados tipos de cáncer. A medida que el virus destruye las células inmunitarias e impide el normal funcionamiento de la inmunidad, la persona infectada va cayendo gradualmente en una situación de inmunodeficiencia. La función inmunitaria se suele medir mediante el recuento de linfocitos CD4.
La inmunodeficiencia aumenta el riesgo de contraer numerosas infecciones, cánceres y enfermedades que las personas con un sistema inmunitario saludable pueden combatir.
La fase más avanzada de la infección por el VIH es el Síndrome de inmunodeficiencia adquirida o sida que, en función de la persona, puede tardar de 2 a 15 años en manifestarse. Las personas que padecen sida pueden contraer ciertos tipos de cáncer e infecciones o presentar otras manifestaciones clínicas de gravedad.
El VIH se transmite a través del intercambio de determinados líquidos corporales de la persona infectada, como la sangre, la leche materna, el semen o las secreciones vaginales. No es posible infectarse en los contactos ordinarios cotidianos como los besos, abrazos o apretones de manos o por el hecho de compartir objetos personales, agua o alimentos.
Medidas de Prevención
Una persona puede reducir el riesgo de infección por el VIH limitando su exposición a los factores de riesgo. A continuación se explican los principales métodos para prevenir el contagio:
- Uso de preservativos masculinos y femeninos: los preservativos masculinos de látex tienen un efecto protector contra la transmisión del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) que llega como mínimo a un 85%.
- Pruebas de detección del VIH y las ITS y asesoramiento al respecto: se aconseja vivamente a toda persona expuesta a cualquiera de los factores de riesgo que se someta a pruebas de detección del VIH y otras ITS, para así conocer su estado y, llegado el caso, acceder sin demora a los servicios oportunos de prevención y tratamiento.
- Vínculos de las pruebas de detección y asesoramiento con la prevención y el tratamiento de la tuberculosis: la detección precoz de la tuberculosis y el vínculo rápido con el tratamiento antituberculoso y el antirretrovírico pueden evitar defunciones. En los servicios de atención a la infección por el VIH debería ofrecerse sistemáticamente la realización de pruebas de la tuberculosis, y a todas las personas diagnosticadas de tuberculosis o en quienes se sospeche esta enfermedad se les debería ofrecer la posibilidad de someterse a pruebas de detección del VIH.
- Profilaxis anterior a la exposición para los individuos no infectados por el VIH: en las personas no infectadas por el VIH, la administración de antirretrovíricos por vía oral es la práctica diaria habitual para evitar el contagio por este virus. La OMS recomienda la profilaxis anterior a la exposición en todas las personas que corren un riesgo sustancial de contraer la infección por el VIH como parte de un conjunto de estrategias preventivas. Además, estas recomendaciones se han ampliado a las mujeres VIH-negativas durante el embarazo y la lactancia.
- Profilaxis posterior a la exposición al VIH: este método consiste en tomar antirretrovíricos en las 72 horas siguientes a la exposición al VIH, a fin de prevenir la infección.
Los programas de educación sexual integral y las campañas de marketing social también son una parte importante de la lucha contra esta enfermedad, fundamentalmente para concientizar a la población sobre la importancia de los hábitos de prevención.