La política argentina se había puesto de acuerdo en algo: la reforma previsional era necesaria y los puntos del documento fueron votados casi por unanimidad. No solamente por los gobernadores –solo Rodríguez Saa quedó al margen- sino también los senadores pensaron que era lo mejor para las cuentas del gobierno nacional y los números provinciales modificar ejes básicos fiscales.
En ese contexto, los jefes de estados de las provincias, excepto San Luis, se pusieron de acuerdo con Mauricio Macri y firmaron un exitoso e histórico acuerdo fiscal que fue presentado con bombos y platillos por todos, menos por los diputados.
La ruptura interna que tiene el Partido Justicialista llevó a que lo que venía saliendo por un tubo desde la Casa Rosada y pasando por el senado, haya encontrado un conflicto público en Diputados. El Frente para la Victoria se plantó en las comisiones, operó el ingreso de manifestantes con éxito y terminaron a las trompadas con personal de seguridad.
Insultos, empujones, griteríos sin sentido y bajo nivel de discusión para que se presente el proyecto de Reforma Previsional en las comisiones de Previsión y de Presupuesto. Ahora bien, ¿qué pasó? La distancia entre los gobernadores y senadores del PJ de los diputados del mismo partido ha producido una nueva grieta.
Gildo Insfran de Formosa, Alicia Kirchner de Santa Cruz, Abal Medina desde la Cámara Alta, son algunos de los nombres ultra K que firmaron el proyecto tal cual llegó y que generaba el recorte de 100 mil millones de pesos a los jubilados. Pero sus compañeros de partido durante 12 años que ahora ocupan una banca en diputados se pusieron firmes y decidieron no acompañar el proyecto. No solo eso, sino que generaron una avanzada mediática contra la reforma y generaron el show patético que se vivió ayer.
Hasta se excusan diciendo que Kirchner o Insfran votaron “presionados” porque les sacaban la plata a ellos y que en realidad nunca quisieron acompañar la medida. Parece poco probable, lo cierto es que hay entre los otrora compañeros tienen distintas miradas sobre las medidas del actual gobierno nacional y que Macri tiene distintas relaciones de poder con las provincias, el senado y los diputados.
Sin dudas que no tiene sentido recortarle 400 pesos a cada jubilado de la mínima para financiar a las provincias, ni que los que paguen los platos rotos fiscales sean los abuelos. Nadie en su sano juicio puede defender eso, por más que las explicaciones oficiales sean que a futuro los beneficia esta nueva fórmula. Pero más allá de eso, los diputados casi rompen un acuerdo amplio e histórico en nuestro país. Se cortaron solos.