El stress que vivimos todos a fin de año, en común, es consecuencia de la falta de tiempos tomados en los fines de semana. La verdadera desconexión mental que deberíamos tener y que no aprendimos a hacerlo o que no nos dejan. Está en nosotros parar y mirar para adentro nuestro y ver qué nos pasa.
Los médicos sabemos que la mayoría de nuestros pacientes llegan a la consulta por este motivo aunque no lo sepan.
Nos pueden consultar por acidez, dolores de cabeza, insomnio, depresión, hipertensión, sobrepeso u obesidad, colesterol alto, dolores articulares y hasta diabetes. Pero en el fondo el stress estuvo trabajando en el cuerpo de esa persona y desde su hiperexitabilidad cerebral, lo fue descompensando.
La desconexión que suponen unas buenas vacaciones muchas veces, si es tomado a tiempo, es terapéutica, lo que prueba que el motivo original del problema era stress o tensión nerviosa crónica.
Los profesionales que queremos ser vanguardistas de la medicina preventiva nos enfocamos en este tema para avisar a los pacientes que no accedan a tomar el psicofármaco que, a las apuradas les puede dar algún medico clínico o psiquiatra.
Es muy importante que antes de tomar los ansiolíticos y/o los antidepresivos que hay en el mercado traten de reordenar la bioquímica cerebral por medio de sustancias que le den los elementos propios al cerebro y se reorganice por sí mismo. Así la «mala química», que se traduciría en «mala sangre», no llegara al cuerpo.
Si nos sentimos cansados, no dormimos bien, no rendimos en el estudio o en el trabajo o deporte, tratemos de ver que nos lleva a esa situación y, en la búsqueda de ayuda, pensemos que lo podemos revertir por medio de sustancias propias del cerebro, que se agota como toda máquina, y que así se le da la oportunidad de regenerarse por sí mismo.
El cerebro igual que cualquier órgano, si es reemplazado en alguna función, en esa parte se atrofia. Como se atrofian los músculos luego de tener un yeso. Pero si se lo alimenta, se le da el descanso merecido y se lo estimula a actuar por su cuenta, entonces no dependerá de nada por el resto de sus días.
¿Por qué el stress nos envejece?
Con el estudio de la Medicina Biomolecular, se llegó a la conclusión que los procesos internos bioquímicos de un gran stress agudo y duradero, son iguales a los procesos que ocurren en el envejecimiento natural.
Es asombroso el paralelismo que hay entre un proceso y otro. En forma resumida podemos decir que hay un deterioro hormonal que conduce lentamente a muchas alteraciones propias del envejecimiento natural. Estas alteraciones hormonales también se relacionan con una mayor pérdida de células neuronales, aunque la persona tenga 25, 30 o 35 años. El cerebro es muy sensible a los cambios bioquímicos y, dependiendo de los hábitos de vida y del manejo del stress, se pueden perder entre 10.000 a 100.000 neuronas por día, que no se pueden recuperar.
Las formas que producen stress pueden ser de diferentes orígenes, pero los mecanismos son los mismos.
Supongamos que somos víctimas de un asalto o de un accidente. También puede tratarse de un divorcio controvertido y prolongado o la falta de trabajo o pérdidas económicas. La viudez, o pérdida de seres muy queridos, todas situaciones de gran emotividad que veremos cómo nos pueden envejecer.
Para explicarlo de una manera sencilla, cuando el proceso de stress comienza se libera desde el cerebro una sustancia que es la adrenalina y otra que es la ACTH (adrenocorticotrofina).
Estas dos sustancias se dirigen hacia las glándulas suprarrenales, dos órganos que se encuentran sobre nuestros riñones. Estas glándulas producen las hormonas sexuales femeninas y masculinas y, además producen el cortisol. (Hormona que regula el stress)
La materia prima para que la glándula suprarrenal produzca las hormonas sexuales y el cortisol es el colesterol. Como todo sale del colesterol, cuando hay un stress el cerebro dirige la orden para que se produzca mayor cantidad de cortisol y por esta razón se disminuye la producción de hormonas sexuales. Esta es una de las razones por las que, muchas veces observamos que hombres y mujeres estresadas no tienen deseo sexual.
Además el aumento del cortisol es tremendamente nocivo. Estos cambios son iguales en las personas ancianas, donde el cortisol también aumenta y disminuyen las hormonas sexuales.
Las acciones negativas del cortisol sobre el cuerpo van desde:
1- Aumento de la grasa abdominal.
2- Disminución de la masa muscular.
3- Disminución de la masa ósea.
4-Aumento del apetito.
5-Acidez estomacal.
6-Disminución de la serotonina cerebral
7-Disminución de las defensas.
8- Aumenta la coagulación de la sangre, esto es muy peligroso porque junto con la adrenalina aumentada puede conducir a infartos cardíacos o cerebrales en personas jóvenes.
La medicina Biomolecular tiene todas las herramientas para revertir estos procesos desde el cerebro hasta la última célula de nuestro organismo dado que es bioquímica médica aplicada.
Tenemos que buscar ayuda cuando estamos bajo un momento de gran stress para detener este proceso lo más rápidamente posible.