Detrás de los análisis realizados, después de la contienda electoral, se devela el bajo nivel de autocrítica de muchos políticos. En el centro de la escena quedó el Frente Progresista y fue blanco de los comentarios de todos los candidatos, victoriosos y perdedores. Es que el oficialismo se encuentra en un proceso de reconversión e invoca a la mística para el milagro, mientras que sus opositores ya se apresuran y quieren firmar su acta de defunción.
«No sos vos, soy yo», ha servido como excusa para la ruptura de tantas parejas. No encontrar argumentos para dejar al otro y apelar a lo que nos pasa para decirle que ya no queremos estar con ella o él es una estrategia harta conocida en el ambiente sentimental. Aunque, en política, la podemos invertir. «No soy yo, sos vos», parece que rezan todos y cada uno de los que no pudieron conquistar electores.
La falta de autocrítica hizo que algunos dirigentes queden expuestos en sus análisis, y que se pueda errar la visión de lo que sucedió en las PASO. Inclusive los virtuales victoriosos festejaron con bombos y platillos sin siquiera analizar que su participación fue inferior a la de otras elecciones.
Muchos nos quedamos paralizados y nos subimos a la ola del “ganó Rossi”. Pero, ¿realmente ganó? Su caudal de votos fue menor a la de su última aparición en 2011 en las urnas. La victoria en los resultados finales del Frente Justicialista se debe al gran papel que logró Alejandra Rodenas, logrando ella sola superar a Luis Contigiani, candidato oficialista del gobierno provincial.
Cometemos un error al pensar que Rossi, a secas, ha renacido como el Ave Fénix ya que si nos detenemos en los números finos no vamos a encontrar argumentos para creerlo. Y además, nunca de una primaria a una general el ex ministro de Defensa pudo sostener los votos de su propio frente electoral.
Escalando la grieta
El fin de semana largo estuvo muy activo en redes sociales. Militantes, asesores y propios políticos se lo tomaron para disfrutar en pareja, en familia o con amigos. Descomprimir y luego pensar cómo recomponerse de cara a octubre. Sin embargo, en esto de salirse de la grieta y como uno de los argumentos que justifican la derrota del Frente Progresista, Miguel Lifschitz y Luis Contigiani continuaron con la agenda por el territorio santafesino.
Hasta alguno se animó a decir que “los socialistas se compraron una palestra para ir entrenando en casa”, por ese nuevo ejercicio de moda que consiste en trepar un mural. En la puja entre el macrismo y el kirchnerismo, el margen de juego para los candidatos oficialistas de Rosario y la provincia se achica. Y volvemos al título, ¿se cayeron en la grieta o el pueblo se cansó de sus políticas y discursos? Seguramente en el centro debería ubicarse el análisis para entender los resultados.
El gobernador citó a las primeras, las segundas y las terceras líneas a un llamado a la reflexión y de allí lanzó la nueva plataforma electoral localista. Pegar más su imagen –alta en todo el territorio provincial- a su candidato, criticó la campaña rosarina (quedaron heridos) y volver a las bases de militancia socialista del “casa por casa, familia por familia” fueron los argumentos brindados en un duro discurso.
Sin perder el tiempo, se fue con el ministro de la Producción a la Fiesta Provincial de los Canelones en Ambrosetti. Cada voto vale uno.